Digámoslo claro: esta no es una película, en el sentido cinematográfico del término. Realizada con un lenguaje puramente televisivo, informativo y de denuncia, en este caso el valor está en otro lado. En el tema, en cómo lo afronta, en el mero hecho de afrontarlo. A este crítico le gustaría que las películas que denuncian se pensaran a sí mismas, y fueran más allá de los lugares formales más comunes y manidos. Y esa idea defenderé siempre. Sin embargo, hay momentos en los que, puestos en la tesitura de elegir entre cine y denuncia, frente a una película que no es capaz de ofrecer ambas cosas, me decanto por la denuncia. Porque el tema que aborda la antigua actriz Mabel Lozano en su película Chicas Nuevas 24 Horas es algo que debería avergonzarnos y hacernos reflexionar como sociedad: dinero, dinero, dinero, mucho dinero, casi 32 mil millones de dólares al año, en torno a la explotación del cuerpo y la sexualidad de mujeres esclavas, obligadas a ejercer la prostitución contra su voluntad, de forma ilegal, y sin ningún tipo de asistencia. Digámoslo claro: hacen falta más películas, todas las posibles, que denuncien el entramado de una sociedad machista que permite, alienta y celebra la explotación y la esclavitud. Aquí, ahora, al lado de tu casa. GdPA

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