La historia del cine de culto sería otra de no ser por esta inmersión salvaje, festiva y original en el imaginario de la posesión demoníaca. A principios de los 80, Sam Raimi tomó ciertos códigos del slasher y les aplicó una chorreante capa de ironía y vísceras. Pocas veces el cine de terror se había parecido tanto a una fiesta juvenil cinéfila. El argumento es tan simple que puede resumirse casi por completo en cuatro líneas: “Cinco chicos van a pasar el fin de semana a una cabaña perdida en un espeso bosque en las montañas de Tennessee. Una vez instalados, la trampilla que da acceso al sótano se abre de golpe. Extrañados, deciden bajar a investigar y allí encuentran un magnetófono, un extraño cuchillo ritual y un antiguo libro”. El mito de Posesión infernal, la película, se explica gracias a su energía cinéfila, su impacto cultural y la leyenda acerca de su realización: un presupuesto bajísimo, un rodaje en condiciones adversas (en la montaña y en la casa del propio Raimi)… Los ingredientes mágicos de un hito ineludible del cine de culto.

Programación completa de la sala Phenomena.