Primera película sonora del danés Carl Theodor Dreyer, uno de los grandísimos nombres de la historia del cine, Vampyr es una muy singular película de terror, con un enorme trabajo de sonido y ambientación, que además supuso un verdadero reto técnico para Dreyer, quien tuvo que rodar tres versiones en tres lenguas distintas, optando por un trabajo casi silencioso, con muy poco diálogo, y un peso insólito en la ambientación sonora y en el poder de la puesta en escena. “Quería recrear un sueño despierto en la pantalla y mostrar que el horror no se encuentra en las cosas que nos rodean sino en nuestro propio subconsciente”, afirmó el cineasta, tratando de explicar las intenciones de una película que, muchas décadas después, sigue considerándose una de las mejores películas de terror de la historia del cine, y que juega constantemente con la débil frontera entre lo imaginado y lo vivido: un anciano junto a un río, guadaña al hombro, la pesadilla de ser enterrado vivo…

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