Hace unos meses internet entero estalló de júbilo ante un largo travelling procedente de una película muda en la que una cámara se iba introduciendo poco a poco en cinco mesas de un restaurante (ocupadas todas por parejas en diferentes momentos vitales) hasta llegar a una sexta donde un camarero rellenaba a uno de los protagonistas su copa de champán y la cámara se quedaba quieta encuadrando la bebida. La película no era otra que esa Alas que siempre es recordada en las partidas de trivial por ser aquella que se hizo en primer lugar con el Oscar a la mejor película; y si la magia del gif trajo a la cinta de nuevo a primera plana fue por algo de sobras conocido para todo aquel que se haya acercado a la misma: el increíble dominio de la técnica en una película que, aunque no se pliega ante ningún artilugio, hace gala de su dominio y lo usa para contribuir a un realismo si no insólito sí excepcional hasta el momento. Alas fue una de las películas con las que la Paramount pretendió aprovechar el estrellato de Clara Bow, su protagonista, si bien ella siempre declaró que la trama de guerra y aviación acabó sobrepasando su propia figura: «Wings is…a man’s picture and I’m just the whipped cream on top of the pie…». En cualquier caso, delicioso pastel. ER

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