Estrenada en España en el marco del Festival Márgenes, donde se alzó con una mención especial del jurado, la segunda película de este dueto de directores, que ahora repite en el marco de una muestra de cine mexicano contemporáneo, podría verse como un remake documental y pasado de rosca de la mítica Sunset Boulevard pero con conciencia de clase. La película retrata la vejez de Carmita, una actriz cubana de 80 años que vive en su vieja mansión en Monterrey. A ella se acercará Laura, una joven caribeña, y a la sazón co-directora de la película, con la intención de intención de limpiar la casa y hacer un documental sobre su frustrada carrera en Hollywood. El resultado no es solo un retrato de la vejez, y los retazos de memoria de la vieja actriz, en ocasiones entre la fabulación y lo real, sino sobre todo, un retrato del poder: el que ejerce cualquier equipo de filmación y el que ejercen unas clases sobre otras. Fascinante.

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