Diego Batlle

El director Artemio Benki, nacido en París, se encuentra radicado en Praga desde el año 1992. A finales de 2014, Benki conoció en el hospital Borda de la Ciudad de Buenos Aires al pianista Martín Perino y supo que ese joven debía ser el protagonista de su primer largometraje. Perino comenzó a estudiar piano a los cuatro años, a los diez ya dio su primer concierto y –considerado un auténtico niño prodigio–, aprendió bajo el tutelaje de grandes maestros, ganó varias becas y hasta tocó en el Teatro Colón. Sin embargo, en medio de la creciente (auto)exigencia por sobresalir y alcanzar la perfección, Perino fue diagnosticado con esquizofrenia e internado durante casi cuatro años en el neuropsiquiátrico bonaerense.

A los 35 años, Perino sale del hospital Borda y la cámara atenta pero jamás intrusiva de Benki lo acompaña en su difícil tarea de volver al mundo real. Tras aquel trance marcado por la disociación de la realidad y la fantasía, el protagonista intenta –más allá de las dificultades del proceso psicológico y la limitación de miedos– alcanzar una vida lo más normal posible: logra recuperar la casa familiar y lucha por cubrir “la necesidad fisiológica” (así la llama) de tocar el piano. Sin testimonios a cámara, con sonido directo y una indudable capacidad de observación, Benki va exponiendo la deriva y la fragilidad de Perino, pero también la progresiva reconexión y el proceso creativo de EnferMaría, una obra ligada a su experiencia curativa concebida en asociación con una bailarina y coreógrafa llamada Sol. Así, sin estridencias ni demagogias, mostrando un enorme respeto por el protagonista, Solo –que tuvo su estreno mundial en la sección ACID del Festival de Cannes– se erige en un retrato bello y cristalino sobre la superación y las segundas oportunidades.