Una de las ventajas del cine Phenomena respecto a otras salas barcelonesas es la fastuosa pantalla donde proyectan y el magnífico equipo de sonido con el que cuentan. No se trata aquí de infravalorar la experiencia cinematográfica de todos esos otros recintos de la ciudad (ni tampoco el de la comunidad online), pero sí subrayar que hay ocasiones en que ciertas películas cuentan con un valor añadido por el mero hecho de ser proyectadas en los cines capitaneados por Nacho Cerdà. Hoy es seguramente uno de esos días: Dead Slow Ahead es probablemente ya de por sí la experiencia estética más arrebatadora que haya dado el cine español este año, independientemente de donde se programe. Mauro Herce, que se estrena como director tras una larga trayectoria en el área de la fotografía, construye a través de sus imágenes una película documental que es casi una de ciencia ficción (estamos más cerca de Alien o Solaris de lo que parece). Tras dos meses y medio viajando en el barco “Fair Lady”, Herce se acerca a todos los recodos de ese barco carguero, y lo hace prestando tanta atención al plano general como al plano detalle. El escenario se muestra tan terrorífico como fascinante, repleto de ideas imposibles, mientras que el discurso siempre es a través del espacio. No es el único mérito de una película que tiene también uno de los trabajos de sonido más alucinantes (en todos los sentidos) del año. Dead Slow Ahead es una de esas películas donde uno nunca sabe donde acaba la banda de sonido y comienza la sonora. Al acabar, sentimos que la velocidad de las vidas de los trabajadores del barco se ha ralentizado, pero nunca así nuestro tiempo o experiencia tras el visionado; al contrario; la película nos permite dotar de una nueva perspectiva a nuestros ritmos vitales. Dead Slow Ahead son 74 precisos minutos donde nunca hay prisa pero tampoco pausa. La película se llevó el premio especial del Jurado “Cineasti del Presente en el pasado festival de Locarno. ER

Programación completa del cine Phenomena