Hubo un tiempo en que Tim Burton supo integrar perfectamente la figura del autor dentro del estudio. Del mismo modo que en Batman vuelve, tal vez la mejor película del director, en Eduardo Manostijeras encontramos un equilibrio perfecto entre el artefacto industrial y personal donde las ideas por plano inundan todo el relato pero no sólo eso: el cuento que se propone (al final ésta es una película sobre el nacimiento de la nieve) homenajea sin fusilar y crea motivos sin que por ello se pierdan de vista sus referentes. En este sentido, tal vez el acierto más grande del filme pasa por la incorporación de Vincent Price en un papel que es todo un regalo. El actor estadounidense adopta el rol de inventor del protagonista, creador de esa vida artificial desmembrada que viene a ser un símbolo de su propia trayectoria y de su cine. Price fue constructor de mitos que nunca acababan de resultar redondos o impolutos pero que era (en parte) en esa falla donde brillaban. Eduardo Manostijeras es una película sobre la capacidad del ser humano de aceptar que lo especial viene en muchas ocasiones de lo imperfecto. Endika Rey

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