El cortometraje español Tout le monde aime le bord de la mer, en el que se retrata de forma lírica la odisea de unos inmigrantes africanos que emprenden su viaje por Europa, no podía iniciar mejor su viaje por festivales. Estrenado mundialmente el sábado pasado en el marco del Festival de Rotterdam, el cortometraje, producido por El viaje films, ha sido seleccionado por el jurado del festival como finalista en la sección de cortometrajes de la próxima edición de los Premios del Cine Europeo (EFA), que se entregarán a final de año. A diferencia de otras categorías, los nominados al mejor cortometraje en los Premios del Cine Europeo son seleccionados a lo largo de diferentes certámenes cinematográficos europeos celebrados durante del año. El año pasado, El adiós de Clara Roquet consiguió esta distinción en la SEMINCI de Valladolid.

El jurado de cortometrajes del Festival de Rotterdam –formado por el británico Ben Rivers (artista y cineasta británico), el bangladesí Naeem Mohaiemen (artista, escritor y cineasta político) y Mieke Bernink de la Academia del Cine de los Países Bajos– ha defendido la distinción a Tout le monde aime le bord de la mer con el siguiente argumento: “Un estado de limbo rodeado por las incertidumbres de las fronteras, la legalidad y el tiempo. Un guión participativo, colaborativo, viaja entre el mar blanquecino y el bosque dorado, entrecruzando fragmentos míticos, memorias coloniales y realidades migratorias”.

En una entrevista con Otros Cines Europa, Espiñeira defendía su interés por el nexo entre arte y política, y al mismo tiempo reivindicaba el carácter sensorial de su cortometraje de debut. El tratamiento de Tout le monde aime le bord de la mer surge en parte de esa necesidad de fluir a través de otros lenguajes que no sean sólo la palabra, explicaba Espiñeira. La realidad que se aborda es delicada, es conflictiva, siento que sobre ella hay un peso fuerte de los medios de comunicación que uniformizan, silencian, criminalizan o victimizan por medio de imágenes de impacto. Es un tema difícil, las vallas que separan Ceuta y Melilla de su territorio contiguo en África se han convertido en iconos de esa Europa llamada Fortaleza. En Tout le monde… quería huir de esa escenografía. Con esta película quería retratar una espera en la frontera desde lugares no explorados y bajo una mirada no informativa. Los protagonistas eran cómplices de este juego, sabían que no buscaba su relato biográfico, sino explorar ese presente de espera haciendo cine.

Además de la distinción al trabajo de Keina Espiñeira, el jurado de cortometrajes del Festival de Rotterdam ha decidido entregar los tres premios principales de la sección a los cortometrajes Dream English Kid 1964-1999 AD de Mark Leckey, Faux depart/False Start de Yto Barrada y Engram of Returning de Daïchi Saïto. El cortometraje Le Park de Randa Maroufi ha recibido una mención especial.