La organización del Festival de Cine Europeo de Sevilla ha anunciado hoy la programación del ciclo Melodías Excéntricas, que del 8 al 16 de noviembre llenará las salas del certamen hispalense de heterodoxos acercamientos al género musical. Once títulos que, según la organización, “basculan entre lo bizarro y lo sublime, y que mostrarán la fascinante versatilidad de los cineastas de nuestro viejo continente a la hora de mezclar imágenes y canciones”. Toda una odisea fílmica: de la España yeyé a la convulsa Escocia actual, con parada y fonda en estaciones tales como la Primera Guerra Mundial, la Sicilia mafiosa o la Grecia más nómada.

Estos son los films que conforman el ciclo Melodías Excéntricas:

Un, dos, tres… al escondite inglés (Iván Zulueta, 1969): Una insólita cinta del singular Zulueta en la que, tras el éxito de Massiel en el Festival de Eurovisión, parodia este tipo de concursos con una delirante historia rodada sin guión y con la actuación de varios grupos punteros de la época.

The Death of Maria Malibran (Werner Schroeter, 1970): Drama inspirado en la célebre prima donna española del siglo XIX. María Malibrán (interpretada virtuosamente por Magdalena Montezuma), muerta a los veintiocho años mientras cantaba en una velada musical.

Don’t Cry, Pretty Girls! (Marta Mészaros, 1970): El único musical realizado por Marta Mészaros se centra en Savanyú y sus compañeros de trabajo. Tras pasar tediosas jornadas en la fábrica, el grupo de jóvenes rompe con la monotonía acudiendo a fiestas y conciertos nocturnos.

The Devil’s Bride (Arūnas Žebriūnas, 1974): Un demonio entrega una oferta irrechazable al propietario de un molino, pidiendo a cambio casarse con su hija. Comparada con Jesucristo Superstar, la película despliega un imaginario insólito. El film se muestra en una copia restaurada en 2018. 

El viaje de los comediantes (Theo Angelopoulos, 1975): En su tercer largometraje, Angelopoulos emprendió un recorrido por la historia de Grecia entre 1939 y 1952 siguiendo a un grupo de actores itinerantes que van de pueblo en pueblo representando siempre el mismo drama.

Golden Eighties (Chantal Akerman, 1986): En su único musical, Akerman concibió una fusión de tributos, tanto a los clásicos de la MGM como a Demy, desembocando en una obra única. Ella misma escribió las letras de las canciones, componiendo un cautivador retrato de los trabajadores de una galería comercial de Bruselas.

Billy the Kid and the Green Baize Vampire (Alan Clarke, 1987): El autor de Elephant (1989) entregó una de las obras más inclasificables del cine británico, descrita por el BFI como “el primer musical de vampiros jugadores de billar de la historia”. Como siempre en Clarke, este film de culto esconde también una poderosa crítica al thatcherismo. 

Tano da morire (Roberta Torre, 1997): La ópera prima de Roberta Torre se inspira en el asesinato de un importante mafioso palermitano para realizar una provocativa radiografía de las entrañas de Sicilia.

A cara que mereces (Miguel Gomes, 2004): En su ópera prima, Gomes propuso una comedia musical sobre Francisco, un hombre al borde de la claustrofobia y de la crisis de los treinta años, que emprende una serie de cuestionamientos de su infancia.

La france (Serge Bozon, 2007): Bozon mezcla cine bélico, comedia y musical para centrarse en el más terrible apogeo de la Primera Guerra Mundial. La joven Camille parte hacia el frente en busca de su marido, que se encuentra devastado en el frente. Ganadora del Premio Jean Vigo en 2007.

Tomorrow is Always Too Long (Phil Collins, 2014): Fusionando documental, musical, animación y televisión, el artista Phil Collins crea una semblanza del Glasgow crudo, pero también de su deriva más fantasiosa. Escenas de canciones interpretadas por gente normal que colaboran también en el proceso creativo se entremezclan con animaciones de Matthew Robins y discusiones sobre los problemas que azotan a la sociedad escocesa.