El taiwanés Hou Hsiao-hsien toma por asalto París rememorando la película de 1956 El globo rojo, de Albert Lamorisse. En este film sobre un niño perseguido por un globo rojo, la chica taiwanesa que le hace de canguro y la madre del chico (una extraordinaria Juliette Binoche cuyo trabajo aviva el recuerdo de la Gena Rowlands más cassavetiana), todos los acontecimientos (son contados) evocan, de forma indirecta, cuestiones esenciales de la vida social. Como ocurre con el cine de Yasujiro Ozu (a quién Hou ya homenajeó en su anterior Café Lumière), el director de Millenium Mambo consigue extraer verdades trascendentales de la experiencia cotidiana. Y más allá, Hou vuelve a reincidir en la dialéctica entre tradición y modernidad, vehiculada mediante diversos dispositivos artísticos: las marionetas a las que otroga vida el personaje de Binoche en sus espectáculos, la cámara digital de la joven babysitter o el piano que debe ser afinado por un hombre ciego. Manu Yáñez

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