(Imagen de cabecera: Patricia M. Félix)

Manu Yáñez

Filmado a lo largo de más de una década, el proyecto documental Jo Sóc, dirigido por Patricia M. Félix, muestra el recorrido escolar de unos niños y niñas hasta que se convierten en adolescentes del siglo XXI. “La personalidad está compuesta por dos elementos: temperamento y carácter. El primero es de tipo social y el segundo es meramente genético”, señala la sinopsis del proyecto. “Mía, Adrià, Carla, Manuel, Candela y Nil tienen cuatro años y comparten aula en un colegio público de Barcelona donde los vemos crecer y forjar sus distintas personalidades durante toda una década. Ahora ya tienen 18 años y podemos comprobar si se han convertido en aquello que soñaban cuando eran pequeños”. Jo Sóc recibió el premio al mejor proyecto del estado español en el ZINEBI NETWORKING 2023: Dokumentalen Sorgunea, el Foro Profesional de Cine Documental de Bilbao, organizado por el festival ZINEBI.

Patricia M. Félix es una cineasta y videoartista de Barcelona. Ha desarrollado su carrera como directora en contenidos documentales, videos musicales, anuncios publicitarios y piezas artísticas. Sus proyectos han sido seleccionados en diferentes festivales como La Jolla Fashion Film Festival (San Diego), el Festival Loop o el Imatge Extreme-Short Internacional de Seúl. Actualmente, Félix está trabajando en su primer cortometraje de ficción, titulado Estela y Sofía, y en la postproducción de Jo Sóc.

En Jo Sóc propones un recorrido de más de una década junto a un grupo de niños que se convierten en jóvenes. ¿Cómo surgió el proyecto?

Este proyecto surge cuando escolarizo a mi primera hija Mia y mis traumas de aprendizaje en la escuela se reactivan. En un principio era un proyecto de dos meses, pero una vez me sumergí en el aula me cautivó tanto el tipo de aprendizaje que construían en base a la conversación y el diálogo, que quise seguir profundizando en la observación de cómo los niños y niñas iban conformando su personalidad, su manera de ser y de cómo esa clase evolucionaba, aprendía y crecía año tras año. Tras estos años de observación, he descubierto que preguntar en el aula ha de ser una constante, porque revela una curiosidad y una intención de querer aprender a hacer bien las cosas. Y que cuando eres niña y te recriminan que no sabes hacer las cosas, te silencias porque sientes que te rechazan por no cumplir las expectativas del adulto. Por ello las reflexiones, las preguntas y las voces de los niños se convierten en uno de los pilares más importantes de la narración, siendo el hilo conductor de la película.

¿Cuáles fueron los mayores desafíos a la hora de mantener en marcha el proyecto?

El mayor desafío ha sido mantenerme constante durante todos estos años con la energía y tenacidad de creer en el proyecto. Saberlo transmitir a las múltiples maestras que han pasado y establecer una relación de confianza con ellas, con los niños y niñas, con los padres y madres, y el equipo directivo de la escuela. Y, desde luego, enfrentarme a tantas horas de material, y descartar líneas narrativas.

En la última década hemos vivido una transformación importante del modelo educativo en España, del pensamiento en torno al género, de las posibilidades de futuro para la juventud… ¿Cuál dirías que ha terminado siendo el foco central de tu proyecto: la dimensión identitaria de los participantes, los modelos de formación, la coyuntura sociopolítica?

El foco central es la dimensión identitaria de los y las protagonistas, ese tejido discontinuo que zurcimos año tras año en base a nuestra memoria y nuestra voluntad de ser. En la infancia se encuentran las raíces de nuestra personalidad, esos rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás. Y la escuela es un poderoso espacio que contribuye a modelar el ser humano que seremos en el futuro.

El documental gira alrededor de temas que son universales. Temas centrados en la educación del corazón, en las emociones que los protagonistas experimentan y que tienen que aprender a identificar. El respeto, el amor, la muerte, el descubrimiento de tus capacidades y limitaciones, la sexualidad, qué significa nacer, tener una familia, sus derechos y obligaciones. Algunos de estos temas se muestran de forma evidente, cuando la profesora insta al diálogo, mientras que otros se muestran de forma más sutil, cuando alguno de los niños los descubre de forma fortuita o cuando ya de mayores son conscientes de sus debilidades y fortalezas.

Vivimos un momento de gran debate en torno a la relación de los niños y jóvenes con las pantallas y el audiovisual. Imagino que un proyecto como el de Jo Sóc aborda esta cuestión de un modo inherente. ¿Es así?

El rodaje empieza en el año 2009, dos años después de la aparición del primer Iphone. En ese momento estábamos justo en el génesis de la explosión de las RRSS. Esto es algo que se refleja claramente en el material rodado en la escuela por una simple razón: no se hace mención alguna en toda la etapa de educación primaria.

Una vez acaba el rodaje, en el 2017, me tomo dos años para visionar, ordenar y empezar a esculpir la historia que quiero contar en las más de 400 horas de material. Y entonces, llega el COVID, y los niños y niñas ya son adolescentes, están encerrados en casa y las redes se encuentran en su momento álgido. Y aquí surge esta primera generación que, en plena adolescencia, se ven empujados a buscar sus dos identidades, su identidad analógica y su identidad digital. Y muchos de ellos se pierden y sufren en esta nueva creación identitaria. Las consecuencias de este cóctel las estamos viviendo ahora mismo. Esa es la razón por la que volvemos a rodar cuando cumplen 18.

Existen algunos precedentes de retratos audiovisuales de largo recorrido temporal, tanto en el ámbito del documental (el caso de Up de Michael Apted) como en la ficción (Boyhood de Richard Linklater). ¿Tuviste algún referente fílmico capital que tu ayudase en el desarrollo de tu proyecto?

Este proyecto surgió de una forma muy orgánica y la decisión de rodarlos durante toda su escolaridad de primaria fue más una intuición que algo basado en un referente fílmico. Aunque seguro que hay inspiración de todos los cineastas, fotógrafos y aristas que admiro.

¿Cómo ha sido trabajar con tus productores de WKND y Diana Toucedo Films?

Roger (Torras, de WKND) y Diana (Toucedo) se han incorporado hace más de dos años al proyecto, y la verdad es que poder compartir el proyecto y trabajar en equipo es muy enriquecedor y positivo. Por el tipo de proyecto que es, no he dispuesto casi de equipo técnico, pues una de la condición que puso la escuela para llevarlo a cabo fue que solo yo podía entrar a la clase a filmar. Así que disponer ahora de productores y de equipo para afrontar la última fase de rodaje, montaje y la postproducción hace que el proyecto siga creciendo. Piensa que es un documental que se empezó a rodar hace 14 años, hecho que dificulta pedir ciertas ayudas públicas. La gran mayoría de ayudas te obligan a llevar a cabo el rodaje durante un tiempo determinado, algo que no encajaba en este documental.

¿Qué significa para un proyecto como Jo Sóc participar y conseguir un premio en ZINEBI Networking?

El premio logrado en Zinebi supone un gran impulso para el proyecto. Es la primera vez que se expone a un jurado, y obtener el premio nos ayuda a mantener toda la confianza en el proyecto y en el tema que aborda. Por otro lado, para una película como Jo Sóc, que se ha financiado por las aportaciones desinteresadas de capital privado, este premio nos ayudará en la búsqueda de la financiación pública, pues el poder disponer de este “sello de calidad” servirá para avalar su valía.