La película china I am not Madame Bovary, que esta misma semana ha podido verse dentro de la sección oficial del Festival de cine de San Sebastián, parte de una trama que muchos de los espectadores reconocían como novedosa a la salida del pase: durante dos horas asistíamos a los intentos infructuosos de una mujer por conseguir el divorcio. Lo cierto es que la premisa no era original en absoluto ya que esta misma línea ya fue el centro del relato de Gett: El divorcio de Viviane Amsalem, tercera parte (tras Shiva de 2008 y Ve’Lakhta Lehe Isha de 2004) del acercamiento al matrimonio entre Viviane y Elisha Amsalem. Ronit Elkabetz se encarga de dar vida a la protagonista del título pero también de codirigir una película que sería su último trabajo para la gran pantalla debido a una muerte prematura hace tan sólo unos meses. La película limita su escenario a una sala de juicios donde la sentencia a favor del divorcio se pospone a lo largo del tiempo y Viviane nunca pierde la fe en sus objetivos. Lo bueno es que en Gett no se victimiza a la protagonista ni se condena al antagonista. Es buen cine social porque habla de estructuras de poder. El pase de la película, que forma parte del ciclo “Panorama del cine judío”, será presentado por Ariel Schweitzer, historiadora de cine, crítica de Cahiers du cinema y profesora en las Universidades de Tel Aviv y Paris. ER

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