Mañana se inaugura la 66ª edición de la Berlinale con la proyección de la nueva película de los hermanos Coen, Hail, Caesar! Estrenado recientemente en Estados Unidos, el último thriller detectivesco de Joel y Ethan Coen transcurre en plena edad de oro de la industria de Hollywood. Sin embargo, ninguno de los otros veintidós largometrajes de la sección oficial –dieciocho en competición, más cinco proyecciones especiales– son blockbusters concebidos en los grandes estudios americanos. Al contrario, la mayoría de los autores que se disputarán el próximo Oso de Oro son iconos del cine independiente. Asimismo, en la competición de la Berlinale 2016 se percibe una fuerte presencia de autores consolidados y una cierta escasez de jóvenes promesas. Por otro lado, desde una perspectiva “nacional”, este año también será recordado por un hecho alarmante. Nos referimos a la nula participación de producciones españolas entre los más de cuatrocientos títulos que se proyectarán en Berlín durante el certamen. A diferencia de otros años –como en la pasada edición, donde se presentaron Sueñan los androides y El complejo de dinero en la sección Forum–, en 2016 tan sólo ha sido seleccionado el cortometraje de Damià Serra Cauchetiez, En la azotea, en Generation Kplus (sección dedicada a los coming-of-age e historias de temática infantil). A continuación, analizamos los puntos fuertes y flaquezas de la presente edición de la Berlinale, empezando, cómo no, por su exquisita sección oficial.
Grandes nombres para un gran festival
Los nuevos largometrajes de Thomas Vinterberg (Lejos del mundanal ruido), Mia Hansen-Løve (Edén) y Jeff Nichols (Mud) eran tres de los títulos que todo corresponsal de prensa esperaba ver en las butacas del Grand Théâtre Lumière en el próximo Festival de Cannes. No obstante, su visionado llegará meses antes de lo previsto, pues son las películas estrella de la competición de la Berlinale. The Commune, L’avenir (con Isabelle Huppert) y Midnight Special (con Michael Shannon) son tres dramas familiares, abordados a partir de la sensibilidad y el proceder único de sus autores: la exploración psicológica del director de La caza, la delicadeza de Hansen-Løve o el enmascarado sci-fi del autor de Take Shelter. Asimismo, también lucharán por el Oso de Oro dos cineastas habituales del certamen alemán: el canadiense Denis Côté (premio Alfred Bauer por Vic + Flo ont vu un ours) y el bosnio Danis Tanović (Gran Premio del Jurado por La mujer del chatarrero). Por otro lado, la nueva adquisición de la Berlinale llega desde Italia. Se trata de Gianfranco Rosi (ganador del León de Oro de Venecia por Sacro GRA), que participa por primera vez en la competición de Berlín con su nuevo documental sobre la isla de Lampedusa, titulado Fuocommare.
En busca del Gran Desaparecido
Para muchos, la Berlinale se ha convertido en la cita cinéfila del año después de que Lav Diaz confirmara su participación en el certamen con un largometraje que lleva postergando desde 1999. Anteriormente conocida como The Great Desaparecido, A Lullaby to the Sorrowful Mystery es la película maldita del director de From What Is Before. En palabras de Díaz, se trata de ‘su mayor película’, y versa sobre el intento de recuperación del cadáver de Andrés Bonifacio (padre de la Revolución Filipina). Durante ocho horas, acompañaremos a la viuda por la selva, en busca del cuerpo del hombre que comandó el primer acto rebelde de toda Asia contra un gobierno colonial europeo.
Portugal prolífico
Este año Portugal se ha convertido en uno de los países con más presencia en la Berlinale. Con más de una veintena de títulos divididos entre todas las secciones, destacan dos homenajes –talmente singulares– a dos grandes obras literarias. Cartas de guerra de Ivo M. Ferreira lleva a la pantalla la correspondencia epistolar entre António Lobo Antues y su mujer, cuando el literato fue destinado al frente en la Guerra de Angola. También destaca la historia de fantasmas de Hugo Vieira da Silva, Posto Avançado do Progresso. Este largometraje, basado en El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, tendrá su premiere mundial en la sección Forum.
Biopics literarios
La Berlinale presenta dos biopics de dos figuras imprescindibles de la literatura: Emily Dickinson y Thomas Wolfe. El primero, A Quiet Passion, está firmado por el maestro Terence Davies. Tras Sunset Song, el director británico se atreve con el género del biopic, con la ayuda de Cynthia Nixon en el rol de la poetisa estadounidense. Por su parte, en la sección oficial, se presentará el segundo homenaje a una celebridad literaria. El debut del actor Michael Granadage, titulado Genius, no sólo rinde culto a Wolfe, sino también a su editor; es decir al hombre que lo descubrió: Mark Perkins.
Agridulce Panorama
A priori, este año la convencionalidad parece dominar la sección Panorama, donde los títulos más interesantes parecen ser aquellos que se convirtieron en algunas de las mejores películas de 2015: 600 Millas, The Summer of Sangaile, El incendio o Nasty Baby. Las únicas cintas que podrían atenuar el trasfondo trivial de Panorama son el nuevo film de Hicham Lasri, Starve Your Dog –un habitual de dicha sección – y el ansiado retorno del director de Harmony Lessons, Emir Baigazin, con su nueva historia de suspense, que como en su fantástica ópera prima transcurre en un pueblo remoto de Kazajistán.
Forum: cita con el anti-academicismo
Forum –o la sección de culto para los amantes del cine experimental– presenta ciertos cambios en su línea de programación. Aunque sigue siendo el lugar donde se esconden los diamantes en bruto del festival, su programa ha añadido cineastas consagrados. De este modo, además de Guy Maddin –que repite en la Berlinale por segundo año consecutivo con Bring Me the Head of Tim Horton–, se suman el nuevo documental de Wang Bing, Ta’ang, y la comedia bíblica de Eugène Green, Le fils de Joseph. Probablemente, se trate de tres de los mejores films que veremos en Berlín durante los próximos diez días. Con o sin estos tres maestros del cine de autor, Forum es puro anti-academicismo. Una sección en la que se verá el nuevo largometraje de Salomé Lamas, El dorado XXI, y la deconstrucción del género neo-noir que ha llevado a cabo Offer Egozy en Fantastic.