El nuevo trabajo de Andrea Bussmann y Nicolás Pereda, realizado enteramente en Canadá, es el retrato, entre lo irreal, lo soñado y lo imaginado, de un edificio ocupado casi por completo por inmigrantes gitanos húngaros en permanente estado de tránsito a la espera de su permiso de trabajo. ¿Y qué hay más definitorio de la identidad contemporánea, más propio del capitalismo transnacional, que la figura del inmigrante, ese no-ser en tierra de nadie, obligado a emigrar por las propias dinámicas perversas de la economía global, que luego es rechazado en los mismos espacios donde se le reclama y a los que se le atrae con cantos de sirena? Huyendo del documental de observación, siempre mentiroso, y abrazando una suerte de etnografía experimental, Bussmann y Pereda inventan historias con los protagonistas historias, escuchan las que ellos le cuentan, o les superponen las que ellos imaginan, en una película de capas, viajes inacabados y procesos de transformación: metamorfosis en permanente tránsito (con Franz Kafka en la lejanía). La película filma los ensayos de esas familias para una película que se rodará en unas semanas, y que termina siendo la película que vemos proyectada. GdPA

Programación completa de La Casa Encendida.