El ganador del Oscar a la mejor película extranjera con la exitosa Ida, Pawel Pawlikowski, desarrolló antes de dedicarse de lleno a la ficción una más que fascinante carrera como documentalista. Sin formación cinematográfica alguna, Pawlikowski acabó en el departamento de la BBC encargado de la producción de documentales, donde, a principios de los 90 del pasado siglo reinaba una grandísima libertad, y con la complicidad de los responsables, rodó un puñado de películas que son hoy mucho más que el testimonio de una época en la Europa del Este. Tras trabajar con esa libertad envidiable, Pawlikowski abandonó su trabajo como documentalista para abrazar la ficción con un éxito inesperado: la historia, rodada en blanco y negro, de Anna, una novicia que está a punto de tomar los hábitos cuando descubre su verdadero origen judío y termina emprendiendo la búsqueda de su familia, asesinada por los nazis durante la ocupación de Polonia, se convirtió no solo en la ganadora del Oscar a la mejor película extranjera, sino en un auténtico fenómeno de taquilla y prestigio, ciertamente sorprendente para una película de estas características. GdPA

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