Los festivales, críticos y espectadores occidentales (re)descubrieron-(re)descubrimos el cine filipino a principios de esta década con autores como Raya Martin, Lav Diaz, o Brillante Mendoza, pero lo que podía parecer una (otra) invención de determinados círculos y circuitos necesitados de productos nuevos que ofrecer era en realidad la continuidad de una larga tradición cinematográfica en la antigua colonia, de la que Lino Brocka es uno de sus más insignes cineastas. Este melodrama, que fue restaurado por la Cinemateca de Bolonia en 2015, es una de las películas centrales de la historia del cine filipino, además de ser la primera película filipina en participar en el festival de Cannes. Sobre ella, el propio Brocka dijo: “Insiang es en primer lugar, un análisis de los personajes (…) necesito ese personaje para recrear la ‘violencia’ derivada de la superpoblación urbana, para mostrar la aniquilación del ser humano, la perdida de la dignidad provocada por el entorno físico y social”. GdPA

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