Dash Shaw viene del mundo de la historieta, del comic (o de la novela gráfica, como parece que debe decirse en estos tiempos). Ese origen puede explicar el desparpajo con el que el universo escolar (diseccionado en incontables ocasiones por el cine teen) se hibrida con el género catástrofe en esta película de animación. Los dibujos de trazos firmes, gruesos, los personajes solamente esbozados y los fondos para nada realistas tienen que ver con cierto ánimo expresionista, pero también con la propia mirada del realizador, que en ningún momento abandona la lógica de la ficción de instituto pese a que lo que estamos viendo es, literalmente, el hundimiento de una escuela en el océano, con múltiples muertes, mutilaciones, etc. La libertad absoluta y el espíritu lúdico de la propuesta se percibe también en las figuras que se sumaron a la fiesta, poniendo voz a los personajes principales. Allí están Jason Schwartzmann, Maya Rudolph, Lena Dunham y Susan Sarandon, por ejemplo, para dar testimonio de lo dicho. Hermosa fiesta no apta para prejuicios. Fernando E. Juan Lima

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