Tras el primer pase de prensa de Phoenix en el Festival de Cine de San Sebastián varios críticos lamentaron que Christian Petzold hubiese escrito un guión donde los personajes actuaran de manera tan inverosímil. No entendían que la protagonista no se revelara a sí misma, del mismo modo que no comprendían que su partenaire no descubriera el engaño. Siempre resulta fascinante la capacidad de un director de modelar a sus intérpretes con base en sus creaciones, pero en el caso de Christian Petzold esa construcción de personajes –tal vez en ocasiones sin un rumbo preestablecido pero siempre certera– es todavía más apasionante ya que suele ejercerse sobre un mismo nombre y apellido: Nina Hoss. La actriz, que ha trabajado en todas las películas del director salvo en dos excepciones, adopta en Jerichow un rol nuevo: el de (pseudo) femme fatale. La película toma como base la novela El cartero siempre llama dos veces adaptándola a una Alemania del Este post comunista y se centra en un triángulo amoroso donde, al igual que en Phoenix, los protagonistas no tienen unas intenciones diáfanas ni se mueven únicamente por motivaciones de guión o arcos de transformación, sino que lo hacen porque han de moverse. ER

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