La riqueza del cine portugués es tan solo equiparable a la fascinante capacidad que tienen las nuevas generaciones de cineastas de dialogar de forma natural con su propia historia y su propia tradición, en un ejercicio que se escapa de la copia, o el homenaje, para convertirse en una suerte de conversación. En John From, una película injustamente ignorada por los grandes festivales internacionales, podemos encontrar ecos de Monteiro, de Azevedo, de Oliveira, pero sobre todo, una enorme capacidad para transformarse poco a poco en otra cosa, sin dejar de ser lo mismo. O dicho de otra manera: John From es una película en la que, como en Monteiro, la fantasía, lo imaginado, lo soñado, lo vivido, están hechos de la misma materia que lo real y los sueños, y también como en Monteiro, todo se convierte en una gran celebración de la vida. GdPA

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