El peligro es la clave de la vida sublime”, afirmaba uno de los personajes de la segunda película de Daniel V. Villamediana después de su debut con El brau blau. Construido como una suerte de cuaderno de viaje alucinado –una road movie peatonal según Miguel Marías– el film resigue el misterioso trayecto que llevó al abuelo del director de Valladolid a Cádiz. Por el camino, y de la mano de la imponente figura de Víctor J. Vázquez, la película articula una aproximación entre antropológica y mitológica (también cinéfila, como aclara la mención a El sur de Víctor Erice) a la geografía y el ardor poético del sur de España. Planteada como un audaz work in progress de diálogos semi-improvisados, la película termina formulando una nueva hipótesis: ¿y si el riesgo fuera la clave del cine sublime? MY

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