Segundo largometraje del mexicano-guatemalteco Julio Hernández Cordón, uno de los cineastas más sugerentes de la boyante escena latinoamericana de la última decada, Las marimbas del infierno es un trabajo tremendamente singular, en el que la música tradicional y el rock se dan la mano en un cruce imposible, para retratar un estado de violencia, desamparo y perdida. Rodada con un equipo minúsculo, e insertando una leve trama de ficción en un contexto real, Las marimbas del infierno cuenta la historia de Don Alfonso, un marimbero extorsionado por la mara, y de Blacko, roquero y médico, satánico y evangélico, que se unen con un objetivo en común: lograr fusionar el sonido tradicional de la marimba con la potencia del heavy metal. El resultado es un film humanista, dotado de humor, que trata temas universales de amistad, creatividad, sobre vivencia en un Guatemala contemporáneo. El propio director hablaba así de su película: “El contexto del país hace que hagamos en efecto un cine “guerrillero”, de cierta manera, de bajo presupuesto y que con creatividad se solucionan ciertas carencias, pero también estas carencias le pueden dar un estilo al cine que estamos haciendo. Que no quiere decir que sea un cine pobre”. GdPA

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