Josep Santcristòfol (Rotterdam)

La sección Tiger es el principal escaparate del Festival de Rotterdam, una sección competitiva en la que, este año, han brillado varias óperas primas. Dos de ellas, The Ballad of Suzanne Césaire y Me, Maryam, the Children & 26 Others, difuminan las fronteras cinematográficas entre realidad y ficción, mientras que Swimming Home del británico Justin Anderson era una de las películas más esperadas de esta edición. Además, la camboyana Tenement –otra ópera prima– demuestra que en Rotterdam el cine de género también es bienvenido.

La artista y directora estadounidense Madeleine Hunt-Ehrlich debuta en el largometraje con The Ballad of Suzanne Césaire, una fascinante aproximación a la artista, escritora y activista martiniquesa que publicó únicamente entre 1941 y 1945, olvidada por la historiografía a pesar de su profunda influencia en el movimiento afro-surrealista. La directora de Brooklyn se desmarca de las constantes del género del biopic y construye su película a partir de la preparación de un equipo de rodaje que se dispone a realizar una película sobre Suzanne Césaire (una propuesta metalingüística que aproxima el film a una obra como Barbara de Mathieu Amalric). La lectura de algunos fragmentos de su obra se entremezcla con ensayos de la película que se disponen a rodar. Las fronteras entre pasado y presente, realidad y ficción se van diluyendo a medida que vamos aprendiendo más sobre la enigmática figura de la escritora. Un filme arriesgado que realiza una tarea encomiable reivindicando su figura como pensadora y también como madre y que ha resultado ser una de las propuestas más originales de la edición de 2024 del IFFR.

Si hay una cinematografía avezada a difuminar la frontera entre realidad y ficción esa es la iraní, una tarea que han asumido figuras capitales del cine como Abbas Kiarostami o Jafar Panahi. Me, Maryam, the Children & 26 Others, ópera prima de Farshad Hashemi, se inscribe en esta corriente al contar la historia de Mahboube, una mujer de mediana edad que por motivos económicos se ve obligada a alquilar su piso para el rodaje de un cortometraje. Lo que hasta ese momento había sido una vida tranquila y solitaria, se convierte en todo lo contrario durante una semana. A través de la historia del cortometraje que están rodando, poco a poco iremos conociendo –o, más bien, intuyendo– el pasado de la protagonista, llegando a entender mejor su actitud huraña y su aversión a conectar con otras personas. La película se rodó durante la gestación del movimiento “Woman, Life, Freedom” y se ve inevitablemente influenciado por él en su representación de la mujer. Por ejemplo, Mahboube nunca aparece con el velo puesto, lo que en el actual contexto iraní es una auténtica declaración de intenciones al seguir siendo algo imperdonable para el régimen gubernamental.

Como apuntábamos en la introducción, la sección Tiger ha acogido uno de los estrenos más esperados de esta edición del Festival de Rotterdam. Se trata de Swimming Home, adaptación de la novela homónima de Deborah Levy y debut detrás de las cámaras del británico Justin Anderson. En el film, la vida de una familia rica se ve trastocada cuando, tras regresar a su mansión de la costa, encuentran a una mujer desnuda flotando en su piscina. A partir de este incidente inicial, Isabel (Mackenzie Davis) decidirá acoger a la misteriosa Kitty (Ariane Labed, una habitual del cine de Yorgos Lanthimos) en una cabaña que tienen en el jardín, a pesar de las reticencias de su marido, un escritor llamado Joe (Christopher Abbott, rostro habitual del indie). Su presencia acentuará la incipiente crisis del matrimonio y todo se irá volviendo cada vez más inquietante, dándole a la película ciertos tintes de cine de terror y suspense que se entremezclan de forma magistral con el trasfondo absurdo de muchas de las situaciones que acontecen.

Para terminar, cabe destacar que Rotterdam está apostando cada vez más por el cine de género, especialmente cuando llega de países “marginales”, con cinematografías poco desarrolladas. Éste es el caso de Tenement, una muestra de cine de terror camboyano dirigida por el dúo formado por Inrasothythep Neth y Sokyou Chea. En el film, Soriya, una joven aspirante a mangaka, vive en Japón con su pareja, pero decide volver a Phnom Penh, su ciudad natal, en busca de inspiración para un manga de terror que está intentando escribir. La única familia viva que le queda, su tía, vive en un complejo de apartamentos muy tétrico y decadente que se construyó en la época de los Jemeres Rojos. Soriya empezará a tener sueños o, quizás, visiones de un pasado que regresa, imágenes que harán de su estancia un auténtico infierno. Tenement es una cinta de terror con algunos problemas de ritmo y que cae en exceso en algunos tropos del género, pero que realiza una encomiable labor de abrir camino para otros cineastas camboyanos que quieran adentrarse en el cine de género.