Tras éxitos rotundos como Toy Story (John Lasseter, 1995), Monstruos, S. A. (Pete Docter, 2001) o Buscando a Nemo (Andrew Stanton, 2003), el estudio Pixar estrenaba en 2004 Los increíbles, en la que Brad Bird (autor del film de culto El gigante de hierro) se dedicó a desmontar los innumerables clichés que el género de superhéroes ha ido acumulando a lo largo de su historia. Un poco à la Watchmen, los protagonistas son coaccionados a abandonar sus ocupaciones “especiales” y vivir vidas “mediocres”, lo que les lleva a instaurarse como modélica familia suburbana. Así, el Sr. Increíble (Craig T. Nelson) se convierte tan solo en Bob Parr, agente de seguros, y Elastigirl (Holly Hunter) en Helen Parr, dedicándose exclusivamente a cuidar de sus hijos, que también deberán disimular sus capacidades sobrehumanas. Los Increíbles es una afilada crítica sobre un cierto status quo norteamericano, un divertido retrato de la vida en familia y contiene asimismo un valioso mensaje sobre lo que es sentirse especial o diferente. Aprovechando el esperado retorno de la familia Increíble el próximo agosto, con Los Increíbles 2, es un buen momento para refrescar esta pequeña gran joya de Bird. Júlia Gaitano

Ver Los increíbles en Netflix