Dentro de la vasta extensión de formas que ha ido tomando la etnografía experimental, el cineasta JP Sniadecki se ha convertido en uno de sus mejores representantes, con una obra que arrancó en su larga estancia en China, y que bajo el influjo del Sensory Etnography Lab de la Universidad de Harvard, ha ido evolucionando desde una aparente observación hasta el trabajo casi físico de este, su último largometraje, realizado con Joshua Bonnetta, en el que la textura del 16mm digitalizado en resolución 5K se convierte en una suerte de metáfora plástica de un espacio tan fantasmal e irrepresentable, como la frontera entre Estados unidos y México, que se convierte en esta película en una suerte de espacio mental en el que convergen los deseos, los anhelos, las vidas y los cuerpos de los inmigrantes, que a su vez encarnan las consecuencias de las políticas gubernamentales. Trabajando con los sonidos, las texturas del paisaje y del propio celuloide, la película se convierte en una especie de pisco-geografía de ese no-lugar, la frontera, y esas no-personas, los ilegales, a medio camino entre un mundo y otro, atrapados en una zona que la película recrea de forma casi física y palpable. GdPA

Programación completa de Cineteca de Matadero.