(Imagen de cabecera: Mark Cousins en Barcelona, fotografiado por Pasado & Presente)

Júlia Gaitano (L’Alternativa)

El cineasta, documentalista, crítico y ensayista Mark Cousins se mantiene en un discreto segundo plano, asintiendo agradecido a la merecida introducción apreciativa de Tess Renaudo, codirectora de L’Alternativa. El irlandés se encuentra en la capital catalana para presentar su nuevo trabajo, el libro Historia y Arte de la Mirada, editado en español por Pasado & Presente. En él, tal como John Berger propuso en su célebre Modos de ver, se alumbra un posible recorrido a través de las diferentes formas que puede tomar la mirada, siempre según el filtro cultural. El título original, The Story of Looking, remite a la obra más conocida y divulgada del cineasta, la serie de 15 capítulos The Story of Film: una odisea, un viaje a través de la historia del cine, disponible en la plataforma FILMIN. En Historia y Arte de la Mirada, Mark Cousins reincide en esa perseverante ambición didáctica de establecer una cronología que abarque tanto un punto de vista artístico como social.

Cousins cuenta que, hace unos pocos años, tras realizar un test de ADN, le comunicaron que tenía un alto porcentaje de probabilidad de sufrir degeneración macular, enfermedad que podría llegar a dejarlo ciego. Repone, en un tono triste, que justamente aquello que más ama en esta vida (looking) es lo que más probabilidades tiene de llegar a perder. Este shock le espoleó a producir un recopilatorio enciclopédico de imágenes, una historia posible de la mirada, una historia que la mente abierta y sabia de Cousins dota de sugerencia y espíritu completista. Partiendo desde su más inmediata subjetividad visual, este viaje en el tiempo y el espacio está acompañado de una favorecedora maquetación, que entremezcla las imágenes de las cuales parte su discurso con la palabra rigurosa que, en su estilo de narración habitual, de frases cortas, precisas y poéticas, complementa lo visual. Basculando constantemente entre lo particular y lo universal, el discurso se establece de forma totalmente transversal en cuanto a la tipología de ejemplos y nacionalidades, escapando, conscientemente, de una lógica centrada en lo normativo occidental. Parte de una mirada proyectada al exterior, que nos habla del mundo que nos rodea, pero que va recogiendo hasta centrarse en el sujeto, en nosotros mismos, reflexionando sobre la forma en que la mirada ha ensanchado nuestras vidas y nuestra capacidad para comprendernos.

Cousins emprende su charla barcelonesa animándonos a adoptar la mirada de un cineasta documental. Le interesa la capacidad perceptiva visual del ser humano en general, sí, pero en sus trayectos ilustrativos se nos pide, específicamente, que abracemos la mente analítica y apreciativa del documentalista. Es importante, pues, mantener esa misma mirada durante la lectura de su libro.

Con cada mano en un portátil distinto, se dispone a mostrarnos una cata de su trabajo, una mezcolanza de imágenes fijas y secuencias en movimiento que introducen y ejemplifican unos apartados muy particulares. Algunos son más obvios: cuando habla de color, nos muestra cuadros de Van Gogh, fotogramas de Vértigo; al incidir en los conceptos de movimiento, distancia o foco, lo hace a través de una miscelánea de ejemplos fílmicos y de Youtube (de los cortos de Chantal Akerman a obras de Kamran Shirdel). A continuación, aborda otras nociones más personales y abstractas: se pregunta cómo encontrar algo nuevo en el mundo, y luego nos propone pensar visualmente en el amor, el pensamiento, la simultaneidad, la obsesión visual, el self y, finalmente, la destrucción de la mirada.

Entre imágenes de performances de Marina Abramović, escenas de films de Samira Makhmalbaf, terribles instantáneas de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, narraciones de paseos por Barcelona del propio Cousins y una apoteósica conclusión con un gif de Beyoncé de fondo, el cineasta y escritor concluye su charla dejando tras de sí el anhelo de enfrascarse en la lectura de su nuevo libro, que promete un fascinante viaje. Como reza una de las citas en Historia y Arte de la Mirada, en la que Leonardo Da Vinci reflexiona Sobre el ojo humano, “¿Quién podría creer que en un espacio tan pequeño se contuvieran las imágenes de todo el universo?”