Estrenada en el año 2002, esta pieza de 6 minutos dirigida por el hijo de Ken Jacobs (leyenda del cine de vanguardia americano) podría parecer otra más de las muchas elegías fílmicas que surgieron en recuerdo de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Sin embargo, hay algo diferente en Message Machine: una negativa a regodearse en las atroces imágenes de la tragedia (torres humeantes, cuerpos saltando, personas cubiertas de polvo). Azazel Jacobs se limita a ensamblar imágenes de las Torres Gemelas en pie a diferentes horas del día con los cariñosos y preocupados mensajes telefónicos que le dejaron sus allegados aquel fatídico 11 de septiembre. El film es elusivo pero incisivo, respetuoso y al mismo tiempo impúdico; su efecto, profundamente conmovedor. He aquí una película sobre el potencial emotivo/afectivo que se pierde cada vez que la barbarie –sea del color que sea– se lleva por delante vidas humanas. MY

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