Llega, por fin, online, sin haber pasado por salas comerciales, la penúltima película de Kelly Reichardt (antes de Certain Women), probablemente la mejor directora norteamericana contemporánea, con el permiso de Kathryn Bigelow y Sofia Coppola. La autora de Old Joy y Wendy & Lucy es la reina del minimalismo narrativo de cimientos realistas. Sus trabajos son puro esqueleto, y cada uno de sus huesos trasciende su función, dejando abierta la puerta a un estimulante flujo de interpretaciones. Así, adepta a la imágenes polisémicas, Reichardt se sitúa como cineasta en un espacio fronterizo entre la transparecia y la opacidad expresivas: sus películas tienen un aura enigmática, pero también albergan una primera lectura elemental que certifica su “incontestabilidad”. En este sentido, Night Moves trata sobre dos chicos (Jesse Eisenberg y Dakota Faning) que, empujados por unos ideales nobles –la conservación del medio ambiente–, se adentran en la lucha terrorista, cometen una falta y deben lidiar con las consecuencias de sus actos. Una odisea moral, de raigambre dostoyevskiana, que nos permite disfrutar de la Reichardt más cortante, seca, austera en lo visual y audaz en lo narrativo. Al suspense, que había sido siempre el arma favorita de la realizadora de Meek’s Cutoff, hay que sumarle aquí la paranoia, que atormenta al personaje de Eisenberg y que conecta el film con el ciclo de largometrajes paranoicos que invadió el cine estadounidense de los años ‘70. MY

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