La riqueza de la obra de Pere Portabella, un cineasta que si fuera extranjero, y no español, estaría considerado aquí como uno de los más grandes cineastas vivos, y en activo, se demuestra por ejemplo con Nocturno 29, disponible para su visionado ahora en la plataforma Mubi. Un trabajo de corte claramente experimental, o incluso surrealista, que parte de lo ficticio y lo narrativo para adentrarse en una desestructuración del relato y la narración. Continuadora de su película No compteu amb els dits, el propio Portabella escribió sobre Nocturno 29: “La película toma como estructura narrativa las normas del cine publicitario. Cada una de las 28 secuencias del film posee una acción autónoma y siempre cerrada en sí misma, así como una unidad de tiempo limitada a las diversas duraciones de los anuncios: de 15 segundos a 2 minutos”. Sin embargo, la relación de Portabella con el lenguaje publicitario no es el de la sumisión, sino la destrucción: toma prestada una estética perversa de las imágenes para subvertirla desde su propia práctica. Como se dijo de él: “Si Portabella es un cineasta punk, es el más elegante de todos”. GdPA

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