Basilio Martin Patino, uno de los impulsores en 1955 de las conversaciones de Salamanca, filmó diez años después en esa misma ciudad Nueve cartas a Berta, uno de los ejemplos paradigmáticos del “Nuevo cine español”. La película, su debut ante las cámaras, intentó alejarse del cine español imperante en la época y acercarse a las nuevas olas europeas a través de mecanismos como una voz en off constante, la inserción de fotos fijas, un tono a medio camino entre el realismo y la poesía o un montaje desordenado. En la misma, Lorenzo, un Emilio Gutierrez Caba recién llegado de Inglaterra, escribe nueve cartas que dividen la película en nueve capítulos. Berta, la destinataria, es una hija de exiliados que nunca ha pisado el país y Lorenzo se encargará de describir una España gris y de provincias a una amada a la que no sabe si volverá a ver. El personaje de Gutierrez Caba, al igual que su otro protagónico del mismo año en La Caza, no ha vivido la guerra pero sí sus consecuencias. De algún modo Patino habla en la película de toda esa nueva generación que buscaba la ruptura pero no sabía bien donde encontrarla, algo así como lo que sucede con el propio filme. El Centro Niemeyer de Avilés programa Nueve cartas a Berta en el marco de su Festival Acción, una película cuyo rodaje comenzó no por casualidad un 14 de abril como un “homenaje silencioso a la República”. ER

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