Eau argentée, Syrie autoportrait es la victoria de la vida sobre el cine. La demostración que, frente a quienes insisten en vivir cinematográficamente, siempre habrá algo superior a las imágenes, aunque sean estas las portadoras, o el testimonio de aquello que resiste. Ossama Mohammed, cineasta sirio refugiado en París, se enfrenta en 2011 al dilema de cómo hablar de la guerra sin estar en ella. Lejos de su país, en la soledad de su condición de refugiado, se ve incapaz de filmar otra cosa que no sean los cielos desde su ventana, incapaz de montar otra cosa que no sean los videos de Youtube que documentan el horror. La película es el resultado de su diálogo con Wiam Simav Bedirxan, una cineasta amateur, una joven kurda que resiste en Homs, en medio de los bombardeos y las balas, trabajando con niños, filmando con ellos, buscando algo de sentido entre el sinsentido. “¿Qué filmarías con tu cámara si estuvieras aquí, en Homs?”, le pregunta ella a Mohammed. La película es, por una parte, el intento de responder a esa pregunta, un diálogo de ida y vuelta en el que Mohammed se enfrenta a la, para él incomprensible, vocación de resistencia de la joven kurda. “¿Por qué no huyes?”, parece preguntarle él. Y ella responde de la mejor manera posible: filmando lo que queda de vida. Y viviendo. GdPA

Programación completa del Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.