La semana pasada comenzó el Festival de Cine LGBTIQ de Avilés organizado por el Centro Niemeyer. Éste funciona como eje articulador de otras actividades (charlas, encuentros, mesas de debate, etc) que promueven la visibilización de estos colectivos, y las películas parte del Festival son obras que, consecuentemente, exploran temáticas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales y pretenden también poner de manifiesto las diversas inquietudes de aquellos grupos cuya sexualidad es considerada “no-normativa”. Este viernes es el turno de The Duke of Burgundy, una de las joyas que pudieron verse en Sitges 2014 y que se estrenará el próximo julio en las salas españolas. Peter Strickland, director de la también magnífica Berberian Sound Studio, parte de una premisa de sometimiento entre una mujer y su criada para revelar una bonita (sin ironía) historia de amor sadomasoquista. La afición de la mujer por el coleccionismo de mariposas se convierte pronto en uno de los hallazgos estéticos de una película que construye una serie de imágenes imborrables pero no lo hace únicamente a través de su cuidada fotografía. En este sentido, The Duke of Burgundy se llevó justamente el premio del cine Europeo a la composición musical del año por una partitura tan acertada “en la composición musical como en la comprensión visual”. Strickland comprende también que la buena construcción de un filme pasa por el cuidado a la hora de decidir cuáles son sus cimientos. ER

Programación completa del centro Niemeyer.