Peter Bogdanovich aseguraba que la mayoría de las películas son, en última instancia, sobre la victoria. Sin embargo, en 1945, John Ford decidió llevar la contraria y aprovechar los últimos coletazos de la Segunda Guerra Mundial para realizar una película sobre una de las grandes derrotas del ejercito norteamericano —la batalla de Filipinas— que ya desde un título (“No eran imprescindibles”) indicaba que los héroes podían morir con grandeza, pero no con heroísmo. Carlos Losilla destacaba en “La invención de Hollywood” que la película “es, como afirma Lindsay Anderson, «un poema heroico». Y, como todo poema heroico, They Were Expendable es también un poema trágico (…) de la misma manera en que pueden serlo Roma, ciudad abierta o Paisá, de Rossellini, con las que tiene muchos puntos de contacto. Todas ellas están realizadas en la misma época, y la película de Ford podría significar para el cine americano lo que las de Rossellini para el cine europeo”. They were expendable se aleja del Ford documentalista y de la experiencia real del director en la guerra para ofrecer una serie de episodios donde “lo que importa es el desvanecimiento narrativo que corre paralelo al desvanecimiento del grupo humano”. ER

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