Pocos italianos saben que Benito Mussolini tuvo una esposa previa a su incorporación al partido fascista. La historia es a todas luces fascinante: Un joven Il Duce, por quel entonces director de un periódico socialista, conoce a Ida Dalser, con la que vive una historia de amour fou, se casa y tiene un hijo. Pronto Mussolini abandona, convencido, su ideología para dedicarse a su carrera política —aquella que culminará con su figura como la de hombre más poderoso de Italia—; y, en ese momento, Il Duce vuelve a casarse e inicia una campaña de negación respecto a esa primera historia de amor, consiguiendo convertir así a Ida y a su hijo en invisibles al mismo tiempo que estos acaban forzosamente recluidos en un hospital psiquiátrico. Marco Belocchio, el director político italiano más importante de las últimas décadas, se centra en la figura de Ida en una película dividida en dos tiempos y dos actos que duelen tanto por el dolor de lo que cuentan como por el de lo que significan. Vincere, que ganó ocho premios David De Donatello, cautiva tanto como desuela. Cuando al final del filme llegamos a ese hijo que imita al padre ausente, sabemos que lo filmado nunca ha dejado de ser una representación, pero ésta ha sido tan real como la Historia. De algún modo la tragedia en Vincere acerca la película más a la ópera que al cine. La Filmoteca de Catalunya programa el filme dentro de su sección “Clásicos de hoy y de siempre”. Efectivamente, estamos ya ante un clásico. ER

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