Del escritor estadounidense Philip K. Dick, autor de novelas como ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (fuente literaria del film Blade Runner), llegaba en 1977 A Scanner Darkly, una historia distópica con tintes de novela policíaca sobre identidades fluidas y paranoias provocadas por el consumo de drogas. Richard Linklater (Movida del 76, Boyhood) adapta el argumento en una película que se siente como un verdadero trip alucinado. La técnica de elección es el rotoscopiado, que convierte las imágenes reales en animación de líneas negras y masas de colores apagados. Los rostros de Keanu Reeves, Robert Downey Jr., Woody Harrelson, Winona Ryder o Rory Cochrane son sustituidos por una desasosegante expresión plástica de los mismos que, a pesar de variar según la desproporción interpretativa natural en cada uno de ellos, resulta en una desnaturalización de cada mínimo gesto. Richard Linklater se sirve del digital para conseguir una mayor libertad expresiva, que provoca una constante sensación de desorientación, solo equiparable a la de los propios personajes. Júlia Gaitano

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