Manu Yáñez

Tras la decisión del pueblo británico de abandonar la Unión Europea (tras la victoria del “Leave” por 52% a 48% en el referéndum del Brexit), se abre un periodo de incertidumbre para las industrias del cine británico y europeo. Las primeras reacciones ante la victoria del Brexit no se han hecho esperar. La web británica Screendaily recoge las declaraciones del reputado productor Jeremy Thomas (El último emperador, Crash, High-Rise): “Para la industria del cine es un desastre. Como decía Charles Bukowski, el problema del mundo es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras que los estúpidos están pletóricos de confianza”.

Rebecca O’Brien, productora de varias películas de Ken Loach, también ha mostrado su descontento: “Dependemos mucho de muestra relación con Europa. Todas nuestra películas de los últimos 20 o 25 años han sido en coproducción con Europa. El Brexit no implica que esta colaboración se vaya a detener de inmediato, pero significa que los acuerdos, acceso y todas esas cosas serán mucho más difíciles. Nos veremos obligados a reinventar la rueda de nuevo”.

La postura de Mike Downey, directivo de F&ME (Film & Music Entertainment) y presidente adjunto de la Academia del Cine Europeo, es igual de crítica: “La pérdida de Creative Europe será un golpe durísimo. Un lobby debería empezar a trabajar de inmediato para mantener al Reino Unido dentro de Creative Europe”. Según Screendaily, Downey ha señalado que el Artículo 8 de la Regulación Nº1295/2013 establece que miembros no pertenecientes a la Unión Europea pueden participar en el programa de Creative Europe.

Por su parte, Simon Perry, antiguo presidente del British Screen and Irish Film Board, ha relativizado las posibles consecuencias del Brexit, aunque ha reconocido que el resultado del referéndum ha sido un shock. “Hace mucho tiempo que la industria del cine británico no aprovecha las ventajas de formar parte de Europa (…). Estamos fuera del programa Eurimages desde 1995… Los productores británicos no son grandes beneficiarios del programa MEDIA”, ha apuntado Perry.

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La realidad, según apuntan desde la firma de derecho internacional Olswang, es que, entre 2007 y 2013, la industria británica recibió unos 100 millones de euros del programa MEDIA, mientras que en los dos primeros años de implantación del programa Creative Europe, las ayudas a las organizaciones culturales del Reino Unido han sido de 44 millones de euros. Entre las películas que se han beneficiado de estas ayudas hay títulos como Amy, Brooklyn, Carol o High-Rise.

Pese a la incertidumbre general que rodea al Brexit, un estudio realizado por Olswang para Screendaily señala el impacto que puede tener para la industria del cine la anulación de los tratados de libre circulación de gente, bienes y servicios entre la Unión Europea y el Reino Unido. En lo relativo a la producción cinematográfica, “el movimiento de artistas y técnicos es probable que se vea restringido; es posible que las productoras deban afrontar nuevas disposiciones en lo referente a viajes, visas de trabajo e impuestos relacionados, así como otras consideraciones fiscales”, apuntan desde Olswang.