(Imagen de cabecera: Macario (1960) de Roberto Gavaldón)

Filmoteca Española y el Festival de San Sebastián organizan una retrospectiva dedicada a Roberto Gavaldón, que irá acompañada de un libro monográfico dedicado al cineasta mexicano. Después de su proyección en el Festival de San Sebastián, la retrospectiva, formada por aproximadamente 25 títulos, varios de ellos restaurados por la Cineteca Nacional de México y por Filmoteca UNAM, podrá verse en Filmoteca Española, en Madrid, durante los meses de octubre y noviembre.

Roberto Gavaldón (1909-1986) es considerado uno de los directores más importantes del cine mexicano de los años cincuenta y sesenta. Nacido en Jiménez, en el estado mexicano de Chihuahua, en 1909, empezó en el medio trabajando como extra, actor, ayudante de dirección y guionista. Tras algunos trabajos en calidad de codirector, debutó en solitario en 1945 con La barraca, adaptación de la novela de Vicente Blasco Ibáñez en cuyo equipo de realización trabajaron varios técnicos españoles que se habían exiliado en México al terminar la Guerra Civil. Según apuntan desde la organización del Festival de San Sebastián, “desde este primer largometraje, Gavaldón destacó por un estilo muy sobrio y clásico, de estilo realista, beneficiado por la colaboración con directores de fotografía como Gabriel Figueroa, Alex Phillips y Jack Draper. Trató por lo general temas melodramáticos. Tanto el estilo como los argumentos escogidos le enfrentarían después con las hornadas de críticos y directores más jóvenes que cuestionaron su predilección por un cine de carácter nacional”.

Macario (1960), basada en un relato de Ben Traven –escritor al que Gavaldón volvería a adaptar en Rosa blanca (1961) y Días de otoño (1963)–, es una de sus películas más importantes: participó en el Festival de Cannes y fue el primer filme mexicano nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Su protagonista, Ignacio López Tarso (uno de los actores del Nazarín de Buñuel), era una de las estrellas del cine mexicano de aquellos años. Gavaldón también trabajó con otros grandes nombres de la cinematografía mexicana, como María Félix, Dolores del Río, Arturo de Córdova y Pedro Armendáriz, y con la estrella argentina del melodrama Libertad Lamarque.

Aunque cultivó mayoritariamente el melodrama, tocó diversos géneros como el policíaco, el musical, el fantástico y el drama rural, y realizó un ciclo de western-ranchero con el actor Antonio Aguilar. En 1955 fue escogido por los estudios Disney para dirigir una de sus producciones filmadas en México, The Littlest Outlaw (Pablito y yo). A principios de los sesenta daría un vuelco al tipo de temas tratados y se decantó de una manera más clara por cuestiones sociales y políticas, pero Rosa blanca, sobre la expropiación del petróleo en México, fue prohibida y no logró estrenarse hasta 1972. Colaboró con Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes en el guion de El gallo de oro (1964), parábola sobre un gallo de pelea según una historia de Juan Rulfo. En la primera mitad de los setenta realizó tres películas en España: Don Quijote cabalga de nuevo (1973), con Fernando Fernán Gómez y Cantinflas en los papeles del Quijote y Sancho Panza, y dos dramas protagonizados por Amparo Rivelles, La madrastra (1974) y La playa vacía (1977).

Después de su proyección en el Festival de San Sebastián, la retrospectiva, formada por aproximadamente 25 títulos, varios de ellos restaurados por la Cineteca Nacional de México y por Filmoteca UNAM, podrá verse en Filmoteca Española, en Madrid, durante los meses de octubre y noviembre.