Cualquiera que viva a menos de doscientos kilometros andando de Tabakalera debería abandonar cualquier actividad que no sea cuestión de vida o muerte, y encaminarse hacia la proyección de una de las películas más singulares, inolvidables y sugerentes de la historia del cine español: Ere erera baleibu izik subua aruaren, el largometraje, enteramente pintado a mano, que el artista y pintor vasco, José Antonio Sistiaga, realizó entre 1968 y 1970, bajo el paraguas protector de la productora X Films, que también acogió a artistas como Jorge Oteiza, Néstor Basterretxea, Rafael Ruiz Balerdi o el posteriormente cineasta José Luis Garci. Con un título puramente onomatopéyico, que imita la sonoridad del euskera renunciado a su significado, Sistiaga pintó durante dos años una película que supone, en muchos sentidos, todo un viaje: para el espectador, pocas veces enfrentado a una experiencia como esta, pero también para el propio artista, que alcanzó una de sus cimas con este trabajo, y para la historia del cine español, que pocas veces se había enfrentado a algo semejante. Trabajando con pigmentos, pinturas, y elementos naturales como el sol, la arena y la humedad (elementos a los que es expuesta la película durante el proceso de creación), Sistiaga pintó casi 108.000 fotogramas a mano, en formato Scope, y sin más sonido que el del proyector en marcha. GdPA

Programación completa de Tabakalera.