Víctor Paz (Intersección, A Coruña)

Junio de 1908. En la céntrica calle Real de A Coruña abría sus puertas el Cine París, uno de los primeros en hacerlo en España, en una ciudad de tradición ilustrada y burguesa. Las salas, en esos tiempos, eran teatros construidos con materiales nobles como roble y engalanados con florituras ornamentales deudoras del Barroco y las culturas clásicas. El París no era excepción. Durante décadas fue un símbolo local del que disfrutaron varias generaciones. En sus últimos años de vida, la madera humedecida hacía crujir las butacas con cada movimiento. Esa misma agua podía aparecer en forma de gotera en los días más lluviosos. Aunque uno percibía el esplendor de su época de Cinema Paradiso, lo cierto es que el estado casi ruinoso del inmueble lo acercaba más al Dragon Inn, pero con ambiente familiar en sus gradas y baño. En 1999 el cine cerró definitivamente y durante 20 años el edificio acogió la tienda de ropa de un gigante textil (otro símbolo, este contemporáneo, de la ciudad), que acabó cerrando en el Apocalipsis pandémico. El París parecía muerto, ninguna otra imagen se proyectaría entre sus paredes, hasta que…

Hace unos meses empezaron a aparecer informaciones en la prensa coruñesa. Un promotor había adquirido el local para un negocio de restauración en el que el cine ocuparía un lugar preferente. La noticia, ante la falta de concreción, fue acogida con bastante escepticismo por la cinefilia herculina, que intuía que se abriría un bar chic con una pantalla. El pasado 18 de octubre el festival Intersección inauguró el “Nuevo París”, que, en efecto, es más un espacio multidisciplinar que combina ocio y cultura que una sala de cine.

“Engram (Optical Sound #001)” (2012).

Además de diversas competiciones, Intersección propuso ciclos como el de Blanca Rego, artista gallega afincada en Barcelona desde hace tiempo y que indaga en su obra sobre la percepción visual y sonora. Rego es aficionada a las flicker films –unos experimentos de la visión se vienen practicando en celuloide desde los años sesenta–, solo que ella trabaja principalmente en digital, lo que le permite actualizar esta herencia. Por ejemplo, Peter Kubelka habría aprobado su Engram (Optical Sound #001) (2012), un juego de flashes blancos en pantalla, con ruido de sonido óptico en las partes luminosas. Las duraciones de estos fogonazos varían siguiendo una secuencia estructuralista que va de menor a mayor intensidad, con intervalos muy cortos y centelleantes conforme avanza la pieza. Después esta secuencia se repite con nuevas variaciones. Si uno cierra los ojos, casi podría describir la experiencia como recibir un mensaje óptico en código morse.

Kubelka siempre ha sostenido que su Arnulf Rainer (1960) jamás podría haberse hecho ni proyectado en digital, pues el negro y el blanco absolutos no existen fuera del formato fílmico y esa dualidad esencial entre luz y oscuridad desaparecería de tal proyecto. El cine de Rego evoluciona con ironía en ese sentido en trabajos como RGB Colour Model (2016). En él, usa un fondo blanco junto a círculos de estos tres colores esenciales (rojo, verde, azul) que, combinados con los movimientos en pantalla y el parpadeo, provocan la percepción de toda una paleta cromática. En otra pieza como You Blinked (2016) usa cuadrados solo en blanco y negro. De una combinación tan sencilla logra incluso trasladar un efecto de profundidad al superponer las figuras en patrones de intensa luz estroboscópica.

“Time-Space Compression” (2014).

Otra serie de cintas tienen como principal mecanismo tiras de colores en movimiento que van dibujando diversas formas animadas. Pero es al trasladar la técnica a lo representacional cuando esta adquiere un mayor sentido. Time-Space Compression (2014) está compuesta de planos laterales que captan a vehículos en la calle. Al dividirse la pantalla en una profusión de líneas horizontales que se mueven en sentidos diversos, la artista crea ilusiones cinéticas con coches que están aparcados, de lo que solo se da uno cuenta cuando esta especie de puzzle fílmico acaba de completarse hasta formar la imagen original.

Las referencias pop están presentes en propuestas como Psycho 60/98 (2016), un vídeo ensayo sobre la famosa escena de la bañera en el filme de Alfred Hitchcock superpuesta con el remake de Gus Van Sant (1998) a través de disoluciones continuas mediante el mismo sistema de parpadeo. El ejercicio permite comparar la puesta en escena de ambas películas y su montaje, pero sobre todo hace pensar en la perpetuidad de ciertos esquemas de representación de la violencia contra la mujer en géneros como el slasher y hasta qué punto estos están asumidos por narrativas mayoritarias. De las piezas de la artista mostradas en Intersección, esta es la única en la que firma como Blanca Rego y no como _Blank, su nombre artístico. Se intuye que hay una identificación con lo representado en pantalla, cuando en casi su totalidad el arte de la gallega es abstracto. Mediante esta selección tan diversa y amplia, el certamen ofreció una buena muestra de la evolución de su carrera.