Casablanca es una de esas películas que parecen superadas por su propia leyenda. Obra mitificada del cine hollywoodiense –punteada por unos diálogos que forman parte del inconsciente colectivo de la cinefilia–, el film de Michael Curtiz va más allá del aparente noir sobre refugiados políticos, unidos por un melancólico sentimiento nacionalista. Embriagada por un romanticismo tan contenido como desaforado, Casablanca aparece aureolada por un poso trágico que permite poner rostro al desencanto político de toda una era. Por otro lado, las caras de la desilusión (encarnadas por unos inolvidables Humphrey Bogart, Ingrid Bergman y Paul Henreid) también forman un irrealizable triángulo amoroso: los tres antihéroes del film tienen el corazón roto, por amor y por patriotismo.

Programación completa del Cine Phenomena