Hay un momento en Cenizas y diamantes en que se cita el poema que da título a la película y un verso asegura que “La ceniza sujeta la gloria de un diamante”. La poesía alude al modo en que, a través del calor y la presión, se llegan a formar diamantes a partir del carbón. Aunque el paralelismo sea un tanto evidente, Andrzej Wajda, fallecido hace tan sólo dos semanas, fue ese cineasta que de algún modo convirtió cenizas en diamantes a lo largo de toda su filmografía. Aquí partía de una historia que transcurría en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial (la película comienza el día de la rendición de Alemania: “La guerra ha terminado pero no así nuestra lucha”) donde dos soldados del Ejército Nacional Polaco han de asesinar a un comisario comunista, pero en realidad la historia es mucho más que eso. Influenciado por las películas norteamericanas de los años 50, Wajda ofrece un retrato generacional y una historia de amor tan repleta de dolor como de esperanza. La plataforma Filmin dedica estos días un ciclo al director donde también se puede ver La plataforma de la muerte (Kanal), segunda entrega de la trilogía bélica de Wadja en la que Cenizas y diamantes funcionaría como conclusión. ER

Ciclo Andrzej Wajda en Filmin