Página web de L’Alternativa, Festival de Cinema Independent de Barcelona.
GEOGRAPHIES OF SOLITUDE | Jacquelyn Mills | Canadá | 2022 | 102 min.
La Isla Sable es un paraje recóndito del océano Atlántico norte, en las costas de Canadá y frente al puerto de Halifax en Nueva Escocia, habitada mayormente por lobos marinos, caballos y miles de variedades de insectos. Si bien tiene una estación meteorológica, varios faros y un viejo aeropuerto, hay una sola persona que pasó allí los últimos 40 años. Lo hizo por deseo propio, movida por la curiosidad de indagar en ese particular ecosistema donde impera el frío y los pastos bajos y duros. La persona se llama Zoe Lucas, y de su historia se ocupa el documental Geographies of Solitude.
Dirigida por la cineasta experimental Jacquelyn Mills, la película introduce al espectador rápidamente en esa geografía solitaria que preanuncia su título. La cámara panea las costas desiertas y el silencio es solo interrumpido por los sonidos de la naturaleza y del mar embravecido, hasta detenerse en una persona –cuyo rostro apenas se muestra en todo el metraje– que junta elementos en un cubo. Geographies of Solitude registra el día a día de esa medioambientalista y naturalista, deteniéndose en los elementos de todo tipo que ha analizado durante su vida. Lucas recolecta todo: huesos, caracoles, insectos, cadáveres y hasta pelo de los caballos. Y ese “todo” está cuidadosamente archivado y fichado en un Excel infinito.
Mills observa a su personaje con partes iguales de fascinación y extrañeza, cautivada por su manejo en condiciones inhóspitas y los descubrimientos que ha realizado, pero también por su historia personal. Con un juego de texturas visuales que incluye desde imágenes en fílmico hasta capturas de microscopio, la película deviene una cautivante aproximación a la intimidad de un personaje que dedica su vida a su pasión. Ezequiel Boetti
MIS DOS VOCES | Lina Rodríguez | Canadá, Colombia | 2022 | 68 min.
Dos mujeres colombianas y una mexicana viven en Canadá y le cuentan a la directora Lina Rodríguez, nacida en Bogotá y radicada en Toronto, sus historias de vida marcadas la violencia intrafamiliar (sobre todo por parte de sus parejas), por el conflicto social (hay anécdotas de Medellín ligadas al mítico narcotraficante Pablo Escobar), a la dificultad de emigrar y adaptarse a una sociedad nueva, a un idioma como el inglés que no manejaban y un largo etcétera. Esos testimonios se escuchan en off, ya que las imágenes en 16mm no las muestran sino hasta el final, cuando los rostros –que hasta entonces solo habíamos imaginado– de Ana (Garay) Kostic, Claudia Montoya y Marinela Piedrahita finalmente aparecen en pantalla.
Lo que la directora ofrece (y escamotea) son planos muchas veces cortados de personas de las que solo vemos sus manos, sus pies, parte de su rostro o de espaldas. Hay también bailes, plantaciones, trabajo de corte y peinado en una peluquería… Esa disociación entre lo que se ve y lo que se escucha lleva al film al terreno de lo ensayístico con efectos contradictorios: por un lado, la innegable belleza de muchos de esos planos; por otro, cierto distanciamiento respecto de lo que esas tres protagonistas/víctimas/sobrevivientes cuentan sobre sus experiencias para alejarse de la normalización de la violencia. Estamos ante otro sensible, bello y delicado trabajo de la directora de Señoritas y Mañana a esta hora. Diego Batlle
MATTER OUT OF PLACE | Nikolaus Geyrhalter | Austria | 2022 | 105 min.
Como sucede con otros grandes autores del cine contemporáneo, cuesta mucho analizar una película del documentalista Nikolaus Geyrhalter tratándola como una pieza autónoma, desgajada del conjunto de su obra. Por supuesto, Matter Out of Place no marca una excepción a la regla. Sus casi dos horas de metraje deben comprenderse como la prolongación de uno de los corpus fílmicos más compactos, coherentes y estimulantes de la no-ficción moderna. Aunque, como sucede con cada nueva película de Frederick Wiseman, Matter Out of Place no debe considerarse como “una más de este director”. Es necesario ampliar el foco para vislumbrar no una “big” sino la “huge picture”. Dicho esto, lo nuevo de Geyrhalter arranca con una toma paisajística majestuosa, encerrada de lado a lado por unas montañas que dibujan un valle nevado. Unos pocos minutos después, otro plano fijo, más cercano a un río que antes se intuía a lo lejos, nos descubre que lo que parecía agua helada es en realidad un manto interminable de basura. El autor austríaco sigue pues alimentando la obsesión que está definiendo su carrera: documentar la nociva huella que la actividad humana deja en el planeta.
Si antes fijó su mirada en los grandes movimientos de tierra provocados por la mano del hombre (Earth), o en edificaciones a las que, con el paso del tiempo, les tocó conformarse con el estatus de ruinas (Homo Sapiens), ahora Geyrhalter pone el objetivo en el concepto que pone título a la propuesta: ‘Matter Out of Place’, o “MOOP”, en referencia a “cualquier objeto o impacto no originado por el propio entorno natural”, como señalan unos títulos iniciales. A partir de ahí, fiel a su método, el austríaco construye sus tesis mediante tomas, la mayoría estáticas, que van revelando la realidad de los escenarios visitados. Con Geyrhalter, sobran las palabras; prima siempre una actitud observacional cuya silente elocuencia consigue eludir el dogmatismo. Para captar nuestro impacto en el medio ambiente, el cineasta vienés pasa constantemente de la escala micro a la macro (y de la macro a la micro), como harían en su momento Godfrey Reggio (Koyaanisqatsi, Powaqqatsi, Naqoypatsi) o su colaborador Ron Fricke (Chronos, Baraka, Samsara). Pero si en aquellas “arcas de la humanidad”, la narración se vivía con el frenesí del time lapse y con el “vértigo existencial” (Errol Morris dixit) de las partituras de Philip Glass, aquí tanto el espacio como el tiempo se plasman con una naturalidad que choca de forma alarmante contra la violencia de la agresión humana.
Sucede lo mismo en todas partes: en Suiza, en Albania, en el Nepal, en Austria, en Grecia, en los Estados Unidos. Puntos geográficos hermanados por la enfermedad de la degradación. Playas, lagos, campos, montañas, fondos marinos y otras maravillas de la naturaleza suplantadas por los residuos desbocados de una actividad humana proyectada a un punto de no-retorno quizá ya sobrepasado. En el retrato de ecosistemas desbordados hasta la aniquilación, Geyrhalter invoca esa desazón ecologista que ha alimentado –sobre todo desde que Al Gore y Davis Guggenheim dieran el pistoletazo de salida con el anuncio de aquella “verdad incómoda”– incontables documentales apocalípticos sobre el cambio climático. Aunque Matter Out of Place se separa del alarmismo de dichos productos señalando que hay vida después de lo que muchos han marcado como el fin. La película, de hecho, se mueve constantemente por un “más allá” de la sociedad de consumo que remite al terror que la Pixar –consciente o no de su rol en el calamitoso estado de las cosas– perfiló en el impecable primer acto de WALL·E y en el legendario amago de final traumático de Toy Story 3. Víctor Esquirol
LUMINUM | Maximiliano Schonfeld | Argentina | 2022 | 62.
Silvia y Andrea son madre e hija, pero también se dedican a la ufología desde 1991 a la vera del río Paraná, en una zona donde la presencia extraterrestre, aseguran, es permanente y nutrida, aunque también exploran este tipo de eventos (que en varios casos incluye descuartizamiento de ganado con cortes muy exóticos) en localidades de Córdoba, Buenos Aires y La Pampa. Entusiastas, estas dos mujeres tienen una suerte de museo en Victoria, Entre Ríos, y organizan cursos, caminatas exploratorias, campamentos astronómicos y es así como van consiguiendo seguidores (como Benigno y Alejandro) que comparten su misma pasión.
Mixturando precarias imágenes de objetos voladores no identificados tomadas por las protagonistas hace un cuarto de siglo con sus incursiones televisivas y en redes, así como un seguimiento de la cotidianeidad de Silvia y Andrea, Schonfeld (director de Germania, La helada negra, La siesta del tigre, Jesús López) consigue un retrato que resulta respetuoso cuando podría haber caído fácilmente en el patetismo y la ridiculización. Las tomas de ellas en su coche avistando el cielo durante la noche son muy hermosas. Otro hallazgo de Luminum es su banda sonora con, por supuesto, claras connotaciones espaciales y música en sintonía de compositores como Joe Meek y Mort Garson. Diego Batlle