Las películas comentadas en este artículo se han podido ver en el Atlántida Film Fest de Filmin.

Carlota Moseguí

Mientras el Festival de Karlovy Vary acogía la premiere internacional del nuevo documental de Mark Cousins I Am Belfast, el Atlántida Film Fest ofrecía el visionado on-line de sus tres anteriores largometrajes: 6 Desires: DH Lawrence and Sardinia, Life May Be y Here Be Dragons. En varias ocasiones, estos complejos ejercicios experimentales –o como el propio autor ha bautizado: ‘películas-ensayo’– han sido malinterpretados por ciertos críticos que ven en ellos un simple acto de egolatría o pedantería. No obstante, la última etapa cinematográfica del docto columnista de la revista británica Sight & Sound marcha en dirección opuesta. Indiscutiblemente, estas tres creaciones fueron concebidas por una mirada curiosa, pasiva y reflexiva; siempre con una perspectiva humilde, que obedece a un único principio: dar voz a un espíritu humanista y cinéfilo.

1. De la experiencia anecdótica a lo trascendental

Si bien es cierto que el director de The First Movie realiza sus documentales siguiendo un estricto decálogo personal que pone de manifiesto su particular definición del séptimo arte, nos equivocaríamos al considerar que sus films de no-ficción proponen mensajes irrelevantes o puramente subjetivos. Cada entrega de la esplendida trilogía que compite en la Sección Oficial del Atlántida Film Fest fue ideada a partir de la crónica de un viaje. Sin embargo, la narración de dichas travesías nunca resulta banal: sus metas alcanzan una inesperada y elocuente universalidad.

6 Desires: DH Lawrence and Sardinia.

6 Desires: DH Lawrence and Sardinia.

A través de su odisea descubriendo paradisíacas localizaciones en Cerdeña (6 Desires: DH Lawrence and Sardinia), recorriendo las asoladas calles de Tirana (Here Be Dragons), o siguiendo de forma epistolar el viaje por Oriente Medio y Europa de Mania Akbari (Life May Be), Cousins medita sobre la subida al poder de Mussolini, el pasado comunista de Albania, el valor de la memoria histórica, el rol de la mujer en la era contemporánea, la religión del plano secuencia, la cultura del nudismo o el auge del cine iraní. De este modo, sus tres ‘películas-ensayo’ nos brindan sabias reflexiones trascendentales a través de tres anecdóticas visitas por tierras extranjeras.

2. Educar la mirada

“To look is to travel”, pregona la omnipresente voz en off del autor norirlandés en Here Be Dragons. Para Cousins mirar es viajar, porque sus documentales nacen de su obsesión por observar el entorno foráneo e inmortalizarlo con cualquier tipo de cámara a su disposición. Puede que sus películas sean recordadas por sus eternos y filosóficos monólogos, pero la construcción de esas disertaciones surge de la revisión de fotografías y vídeos registrados durante sus peregrinaciones. En otras palabras, la trama y la estructura de sus largometrajes no son estudiados a priori, sino que manan de su aguda forma de contemplar la realidad in situ y de sus deslumbrantes asociaciones de ideas que unen lo real con lo abstracto; o el ser natural con un objeto artístico –normalmente con obras pictóricas, versos y, sobre todo, escenas de películas–. Una vez más, el creador de The Story of Film: An Odyssey nos enseña cómo orientar la mirada. Es decir, cómo entender el pasado y el presente desde nuestro legado cultural.

El caso más evidente puede que sea el de Here Be Dragons. En este documental el reputado crítico y cineasta es invitado a un festival en Tirana para ejercer de miembro del jurado. Durante su tiempo de ocio, el curioso viajero sale a visitar la capital de ese desconocido país del que sólo sabe que solían haber dragones. Siguiendo su singular metodología, Cousins convierte su primer acercamiento a Albania en un tour sin estereotipos en el que nunca aparecerán los seres mitológicos del título. En el primer ensayo visual de su trilogía, el director de What Is This Film Called Love? procura una insólita guía histórica por el pasado traumático de los albaneses. Concretamente, propone una descripción del régimen comunista bajo el mandato de Enver Hoxha y el colapso que sufrió el país tras la muerte del dictador a través del simbolismo oculto en iconos religiosos ortodoxos, en reveladores fotogramas de películas de Alfred Hitchcock, Theo Angelopoulos o Vittorio de Sica, y en el detallado análisis de la filmografía de autores autóctonos (Viktor Gjika y Xhanfise Keko).

Here Be Dragons.

Here Be Dragons.

El singular estilo cinematográfico de Cousins, que pondera la educación de la mirada, se perpetúa en Life May Be, un documental que propone la destrucción de ciertos lugares comunes. Se trata de un complejo ejercicio marcado por la intervención de la actriz y cineasta iraní Mania Akbari, quien ayuda a Cousins a matizar las diferencias culturales entre Oriente y Occidente. No obstante, el film más osado de la trilogía es 6 Desires: DH Lawrence and Sardinia, que se basa en la atrevida deslegitimación de un viaje protagonizado por una ilustre personalidad del siglo pasado. En esta ocasión, el autor de A Story of Children and Film sigue los pasos por Cerdeña de David Herbert Lawrence, que quedaron plasmados en su famosa crónica turística publicada en 1921, Sea and Sardinia. Esta ‘película-ensayo’ exhibida en Sundance no busca una tensión entre el pasado y el presente de la isla italiana mediante la contraposición de imágenes actuales y la lectura de pasajes que evocan un paisaje y una cultura extinguidos. Desde el respeto y una evidente admiración, Cousins le escribe una carta a D. H. Lawrence (‘Bert’, como él suele llamarle) corrigiéndole palabra por palabra todo su libro, dado que su mirada le parece grosera, elitista e improcedente.

3. Denuncia epistolar

Por otro lado, cabe señalar que 6 Desires: DH Lawrence and Sardinia es algo más que una carta escrita por Cousins para el célebre escritor británico. Esta obra de no-ficción plantea un laberíntico juego de narradores y remitentes que se alían para denunciar la equívoca visión de Lawrence. De la voz en off de Cousins pasamos a la de Jarvis Cocker, o incluso contamos con una cronista femenina que interpreta otra hipotética carta redactada por Grazia Deledda –ganadora del Nobel de Literatura en 1926 y nativa de Cerdeña–. La idea del epistolario está presente en toda la filmografía tardía del crítico y director de Belfast. Sin ir más lejos, Life May Be también se construye a través de una estimulante correspondencia entre el mismo autor y la directora de 20 Fingers, mientras que Here Be Dragons va adquiriendo progresivamente la forma de una epístola destinada a Enver Hoxha.

Life May Be.

Life May Be.

Así, cada película de la trilogía adopta esta fórmula apelativa que denuncia injusticias pretéritas o indica los malentendidos que surgen del inviable choque cultural entre Oriente y Occidente. Los últimos trabajos de Cousins han adoptado una crítica dimensión social equivalente a la del cine iraní de las últimas décadas o a la de Theo Angelopoulos. No olvidemos que Here Be Dragons se erige en un homenaje al cineasta heleno, arrancando con una secuencia de El paso suspendido de la cigüeña y finalizando con la escalofriante imagen de la frontera albanesa de La eternidad y un día.