Después de revolucionar el panorama del cine low cost español con Diamond Flash y antes de consagrarse gracias a la Concha de Oro recibida por Magical Girl, Carlos Vermut miniaturizó su afilado universo con Don Pepe Popi, un cortometraje protagonizado por los Venga Monjas. Combinando zarpazos de humor negro y escabrosos malabarismos morales, Vermut nos adentra en una de sus incómodas y gozosas encrucijadas, con un pie en las buenas intenciones y el otro en los comportamientos corrosivos. Bombardear con post-humor cafre la frágil sensibilidad de una madre que ha perdido a su hija es de tarjeta roja, pero Vermut sale del paso atendiendo a las extrañas razones de todos sus personajes. En el cine de Vermut, la lógica trasciende la moral y el espectador vive (y ríe y sufre) el relato cual sacudida física y mental. La guinda de Don Pepe Popi es la aparición de Dídac Alcaraz, una indomable encarnación del espíritu surrealista que no hubiese desentonado en las películas de Jack Smith. MY

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