En un comunicado muy esperado por la cinefilia barcelonesa, la organización del Americana Film Fest ha anunciado finalmente las fechas de la edición 2016 del certamen que, durante cuatro jornadas, llenará de cine indie estadounidense los Cinemes Girona de la capital catalana. La tercera edición del Americana se celebrará del 3 al 6 de marzo. Además, a dos meses del anuncio su programación completa, Americana lanza una oferta navideña por tiempo limitado: hasta el 7 de enero se puede adquirir un abono de 5 películas al precio excepcional de 15 euros. Pasada esa fecha, el precio del abono pasará a ser de 20 euros. El abono permite el acceso a cinco sesiones del festival y es compartible (se puede cambiar más de una entrada por sesión). El abono se puede adquirir a través del siguiente enlace: adquirir abono.

Además de sus fechas, la organización del Americana ha anunciado dos títulos de peso que se presentarán en el festival. En primer lugar, Tangerine de Sean Baker (Prince of Broadway, Starlet), auténtico fenómeno indie del año. Rodada con un Iphone 5 y protagonizada por dos prostitutas transexuales de Los Ángeles, la película ha acaparado varias candidaturas a los Independent Spirit Awards y es una presencia habitual en las listas de mejores películas del año de los críticos yanquis.

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Por otra parte, también se verá en el Americana In Jackson Heights de Frederick Wiseman, el nuevo documental del aclamado director de clásicos como Titicut Follies o High School, y de éxitos recientes como Boxing Gym o National Gallery. En su nueva película, presentada en el pasado Festival de Venecia, Wiseman acerca al espectador el vecindario multiétnico de Queens que da título al film, auténtica Bailonia neoyorquina donde se hablan casi doscientas lenguas. Tal como escribía nuestra colaboradora Carlota Moseguí desde Venecia, In Jackson Heights (mejor documental del año según la crítica de New York) destila “optimismo y vitalismo, pues, aunque los episodios expuestos denuncian incumplimientos de los derechos humanos –generalmente por transfobia, o discriminación racial–, el film nunca muestra a las víctimas sufriendo en soledad, su comunidad se encarga de protegerlas».