Según Jean-Luc Godard lo único que se necesita para hacer una película es “una chica y una pistola”. Según Charles Chaplin, todo lo necesario para hacer una comedia es “un policía y una chica guapa”: la pistola es la misma, pero apunta en diferentes direcciones. Así comienza precisamente El circo: con un Charlot que es confundido con un ladrón y que al huir de un oficial de policía llega a un circo donde conocerá y se enamorará de la hija del director del mismo. Tiene cierto sentido que la última película muda de Charles Chaplin transcurriera, precisamente, en ese escenario ya que el circo es idóneo para que Charlot desencadene situaciones con su torpeza y provoque una hilaridad en el público que bien podría ser el reflejo de la audiencia de la sala de butacas. Lo curioso del relato es que deja en evidencia que Charlot no puede ser divertido “queriendo”, sino únicamente de una manera espontánea. El público no quiere a un payaso con guión, sino a alguien que rompa con los mecanismos establecidos de la comedia. Alguien que, como Chaplin y como Charlot, sorprenda. La sala Montjuïc de Barcelona llega a su edición número 14 y proyecta este viernes una de las películas más exitosas del cineasta. Ya sabemos: La comedia es un tema serio, aunque no para tomárselo en serio. ER

Programación completa de la sala Montjuic