El Festival de Sevilla vuelve a volcarse este año con el nuevo cine español. Nueve estrenos, seis mundiales y tres nacionales, componen una amplia panorámica de la creación cinematográfica en nuestro país. Con independencia de la sección en la que participen, todos estos cineastas optarán a la segunda edición del Premio AC/E a la Mejor Dirección de Película Española, que concede Acción Cultural Española y que está dotado con 10.000 euros para el autor o la autora de la película ganadora.

En lo que supone la apertura de una nueva etapa creativa, el cineasta e investigador Santiago Fillol –quien fuera guionista de Óliver Laxe en Mimosas y Lo que arde– regresa a la dirección tras su primera experiencia, aquella vez junto a Lucas Vermal, en Ich bin Enric Marco (2009). En Matadero, su nuevo trabajo, estreno nacional en la Sección Oficial del Festival de Sevilla, se inspira en un clásico literario argentino del siglo XIX, El matadero, de Esteban Echeverría, pero trasladando los hechos a la Argentina de comienzos de los años 70, cuando la dictadura militar puso en funcionamiento su implacable maquinaria de represión. Los otros representantes españoles en la Sección Oficial son Pedro G. Romero y Gonzalo García-Pelayo, que codirigen Siete Jereles, una propuesta sensorial que se acerca a la fiesta desde una perspectiva mítica-sociológica.

«Inmotep» de Julián Génisson.

Por su parte, seis son los títulos españoles figuran en las propuestas del festival para dos de sus apartados más significativos, Las Nuevas Olas y Nuevas Olas No Ficción. El título que inaugurará Las Nuevas Olas, La mala familia, reflexiona sobre la esquiva posibilidad de redención para muchos jóvenes de los castigados extrarradios de las grandes urbes. Sus autores, Nacho A. Villar y Luis Rojo, miembros de BRBR, un colectivo fílmico surgido en torno a la música urbana, presentan esta película que retrata a un grupo de chavales que se reencuentra a las afueras de Madrid para celebrar el día de permiso de uno de ellos. En un registro muy diferente, pero no ajeno a cuestiones sociales también problemáticas como la especulación inmobiliaria, los procesos de gentrificación y la planificación urbanística y arquitectónica de las grandes urbes, regresa al festival Julián Génisson. Lo hace con Inmotep, comedia-ovni que su director define también como un “thriller vaporware” y en la que el director cuenta con la complicidad de Lorena Iglesias (la otra mitad de Canódromo Abandonado), Ion de Sosa o Juan Cavestany.

También en Las Nuevas Olas se verá Soc vertical però m’agradaria ser horitzontal, de María Antón, directora que regresa al festival tras lograr en 2018 el Premio Deluxe de la sección Revoluciones Permanentes con Pico 3. Su nuevo trabajo es un mediometraje que imagina un encuentro entre Sylvia Plath y Belén Esteban en Benidorm, a donde la gran poeta estadounidense, que pasó allí su luna de miel con Ted Hughes en los años 50, regresa tras un insospechado viaje a su futuro, que es nuestro presente. Por su parte, 21 paraíso, así titulada porque está rodada y narrada en otros tantos planos-secuencia, es el primer largometraje de Néstor Ruiz Medina, nominado al Goya y seleccionado en el Festival de Tribeca con su corto Baraka. Su película narra el proceso de desgaste emocional de una joven pareja que se gana la vida subiendo vídeos de sus relaciones íntimas a la plataforma digital OnlyFans.

«H» de Carlos Pardo Ros.

En Las Nueva Olas No Ficción se verá H, de Carlos Pardo Ros, cofundador del colectivo lacasinegra. El film se presenta como un ejercicio de reescritura de la memoria y como una película de fantasmas. Rodada simultáneamente con varias cámaras en distintos puntos de Pamplona durante los Sanfermines, H presenta a varios actores que dan vida a un tío del cineasta, fallecido en circunstancias nunca del todo aclaradas en las fiestas de 1969. Luego, el regreso al origen y a las raíces, así como las antiguas formas de vida que paulatinamente se desvanecen en la España despoblada son temas fundamentales de Los saldos, un documental de creación de Raúl Capdevila Murillo. Por último, Polaris, de la navarra Ainara Vera, es el primer largometraje como directora de la montadora de referencia del documentalista ruso Viktor Kosakovsky. Vera acompaña en su travesía por el Ártico a Hayat, una capitana de barco francesa que navega hacia Groenlandia mientras lidia con su tripulación, poco acostumbrados a recibir órdenes de una mujer.