Carlota Moseguí (fotografías de Doménico Cali).

La noche anterior al anuncio del palmarés del Filmadrid, el cineasta español y miembro del jurado de la sección oficial, Luís López Carrasco, realizó su esperada performance en el Campo de Cebada. Un año atrás, en ese mismo escenario callejero, Lois Patiño presentó su hechizante Vanguardia Live, ‘Sombra abierta’: un espectáculo místico cuyos asistentes todavía recordamos como una de las experiencias más mágicas de la primera edición del festival madrileño. El cuerpo de la performance de López Carrasco, ‘Han surcado el cielo centenares de palomas’, se sitúa a las antípodas de la invitación al viaje sensorial que propuso Patiño. No obstante, ambos realizadores coincidieron en la transformación de esa sórdida plaza en un espacio atemporal que el público compartió con fantasmas.

Aunque López Carrasco no se conformó con invocar a unos espíritus cualquiera. El director de El futuro elaboró una adaptación escénica de un telediario de Televisión Española emitido el 20 de abril de 1992. Para los espectadores más veteranos, la performance pudo funcionar como un ejercicio de memoria personal, aunque también, quizás, como un revelación de la dimensión propagandística de aquel momento. Un cuarto de siglo después, revisitando aquel material de forma descontextualizada y ridiculizada, la trampa manipuladora no tuvo escondite alguno.

En el año 1992, España celebró dos eventos que centraron la mirada internacional en nuestro país: las Olimpiadas de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. El noticiario que ha descompuesto el director murciano está fechado en el día de la inauguración del segundo acontecimiento. En este contexto, la performance de López Carrasco denuncia que España se paralizó durante la retransmisión de aquel telediario nocturno. Pues, esa noche los medios de comunicación olvidaron los sucesos que ocurrían en el mundo exterior, y utilizaron ese espacio sagrado –reservado para comunicar las noticias de mayor relevancia a los españoles– para detallar la pomposa Exposición de Sevilla que representaba una España de apariencia primermundista, alejada de la realidad. Como anuncia el presentador, en el momento de la inauguración de la Exposición surcan el cielo centenares de palomas, cual imagen de esa España próspera que estaba a punto de llegar.

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Si en El Futuro vimos a jóvenes beber y bailar, celebrando el futuro utópico que se avecinaba tras la victoria en las urnas de 1982 del PSOE, ‘Han surcado el cielo centenares de palomas’ demuestra que diez años después otro ingenuo deseo de cambio (en este caso, más económico que político) hizo que cometiéramos el mismo error; pues, en ninguno de los dos tiempos hubo un horizonte exultante real acercándose a toda velocidad. Por otro lado, López Carrasco insiste en enseñar la alucinación optimista de todo un país desde el ámbito doméstico. En el 92 no fue necesario celebrar la gran fiesta del fin de la Transición, pero se vivió el análogo espíritu festivo en cada hogar de España gracias a ese telediario.

Aquellos espectadores que buscaban un desenlace similar al del primer largometraje López Carrasco, donde los errores del pasado, futuro y presente se alinearan en una sola toma, no quedaron descontentos. Cuando los presentadores –encarnados por Luis Tausía y Jesús Fragoso– terminaron el telediario, en la misma pantalla en la que habíamos visto llegar a los Reyes de España con imágenes filmadas por los corresponsales de Sevilla en 1992, se proyectó el primer anuncio que vieron los españoles tras el noticiario. Se trataba de un seductor spot publicitario del Banco Santander, exaltando el derecho de todo español a tener un paraíso fiscal por un modélico precio.