Elegida en infinidad de ocasiones como una de las mejores películas de la historia del cine, una de las obras mayores de su autor, Nicholas Ray, fue recibida sin embargo con frialdad, e incluso crueldad, por algunos críticos en el momento de su estreno, y sin embargo, el peso del tiempo la ha ido colocando en el lugar que se merece. João Bénard da Costa, antiguo director de la Cinemateca Portuguesa, y cinéfilo pasional, passeur y divulgador, escribió sobre ella rememorando su convulsa vida en un texto que puede encontrarse online, y que es la mejor invitación a ver la película que se puede uno imaginar. Entresacamos esta frase: “Revisionar las imágenes (o los sonidos) de Johnny Guitar es revisionar su recuerdo. Para quien la ve por primera es también una revisión. Porque todos los personajes – los doce actores principales, cada uno de ellos esencial – no hacen otra cosa. ¿Es Johnny Guitar una película construida en flash-back sobre una inmensa elipsis? ¿O es una inmensa elipsis construida sobre un flash que no puede come back? ¿O será todo la misma cosa? No proseguiré. Como las cosas muy grandes, Johnny Guitar no se explica. Se cuenta (y se ve) una, y otra y otra vez como las historias que se cuentan a los niños, hasta que se sepan de memoria”.

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