Oleg Sentsov, que fue detenido en Crimea el 11 de mayo del año pasado, ha sido finalmente condenado por la justicia rusa por, supuestamente, llevar a cabo dos ataques terroristas y preparar un tercero en la península que fue anexionada a Rusia en 2014. Sentsov fue un activo opositor a las fuerzas prorrusas y un ardiente partidario del Euromaidán, la oleada de protestas que terminó con el régimen de Víktor Yanukóvich. La Unión Europea, Estados Unidos y muchos otros países no reconocen el nuevo estatus de Crimea, que siguen considerando territorio ucranio.

Sentsov, que ha sido calificado de preso político por la organización de derechos humanos rusa Memorial y por Amnistía Internacional, denunció ante el tribunal que el proceso en Rostov del Don (ciudad rusa del norte del Cáucaso) era “un juicio de ocupantes”, que “por definición no puede ser justo”. “¡Gloria a Ucrania!”, exclamó Sentsov después de escuchar la sentencia y justo antes de empezar a entonar el himno nacional de su patria.

Ayer (25 de agosto), Sentsov fue hallado culpable también de tenencia ilegal de armas y municiones, y de haber intentado comprar explosivos que presuntamente pensaba utilizar, según la acusación, en sus planes de desestabilizar la situación en Crimea, que se ha convertido en una de las repúblicas de la Federación Rusa. Alexandr Kolchenko, otro acusado que se declaró culpable de haber atacado la sede del partido gubernamental Rusia Unida en Simferópol con líquido inflamable, fue sentenciado a 10 años de cárcel por terrorismo.

La acusación considera que fue precisamente Sentsov, oriundo de Simferópol, el que dirigió el incendio de las oficinas de la Comunidad Rusa de Crimea y de Rusia Unida, mientras que Kolchenko sería su cómplice. Los incendios fueron provocados en abril y mayo del año pasado, y en ellos participaron, además, otras dos personas, Alexéi Chirni y Guennadi Afanásiev, que fueron condenados a siete años de cárcel en un juicio anterior después de haberse reconocido culpables y haber llegado a un acuerdo con la fiscalía. Precisamente las declaraciones de estos dos hombres, que aseguraron que el que dirigía las operaciones era Sentsov, han servido de base para condenar al cineasta ucranio.

Según recoge la versión digital de la revista Screendaily, Sentsov pronunció un encendido discurso de defensa en el último día de su juicio. “Creo que la mayor parte de la población rusa cree lo que le dicen: que Putin es una gran tipo, que Ucrania está llena de fascistas, que Rusia está haciendo lo correcto y que está rodeada de enemigos”, afirmó Sentsov, que continuó: “Un tercio de la población en Rusia es consciente de lo que está pasando, no se cree los cuentos de vuestra propaganda y entiende los terribles crímenes que están siendo cometidos por vuestro gobierno. Pero esta gente tiene miedo por alguna razón”. Según Sentsov, Ucrania “también tenía un regimen criminal, pero nos levantamos contra ello (…). Y al final ganamos. Lo mismo pasará con vosotros, tarde o temprano. No sé qué forma tomará y no deseo ver sufrir a nadie. Solo deseo que no sigáis gobernados por criminales”.

La sentencia dictada en Rostov del Don muestra que han sido inútiles las protestas de las organizaciones de derechos humanos y cineastas extranjeros, que pedían la liberación de Sentsov. La European Film Academy envió una carta con más de 1.000 firmantes –entre ellos Stephen Daldry, Mike Leigh, Bertrand Tavernier, Wim Wenders y Jean-Pierre Dardenne– al presidente ruso Vladimir Putin exigiendo la liberación de Sentsov, quien además habría sido torturado por las autoridades rusas. Una petición a la que se ha sumado la Academia del Cine Alemán, representada por Fatih Akin y Tom Tykwer, entre otros directores. Con 39 años de edad, Sentsov es autor de guiones cinematográficos; en 2011 rodó la película Gamer, que obtuvo varios premios. Además, el año pasado debutó como novelista con la obra Compre el libro, es divertido. Tiene dos hijos, Alina (n. 2002) y Vladislav (2004), que sufre de autismo.

Fuentes: Otros Cines, Screendaily, El Pais, Variety.